Pugnas de poder pusieron al Gobierno en aprietos y provocaron en 24 horas el cambio de 4 altos cargos. El Ejecutivo destituyó a Rafael Quispe, director del Fondo Indígena, removió a Herland Soliz del cargo de presidente de YPFB, y juramentó a dos nuevos ministros, de Desarrollo Productivo y de Minería.
Uno de los frentes de pugna está relacionado con el pedido que le hizo el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, cuando el 12 de abril le instó a Quispe que diera un paso al costado tras romper la cuarentena. A ello se sumó el proceso que se abrió de oficio en el Ministerio Público por esa razón.
El segundo frente de pugna está relacionado con la noticia de la destitución de Quispe. Sus seguidores cuestionaron que no se actué de esa forma con otras autoridades que también incurrieron en supuestas irregularidades en torno a la cuarentena, como el ministro de Presidencia, Yerko Nuñez por trasladar a un ex miss en un avión de la FAB.
El tercer frente está relacionado con la renuncia de Wilfredo Rojo, quien dejó la cartera de Desarrollo Productivo. Fuentes cercanas al oficialismo indicaron que la gota que precipitó la dimisión fue la decisión sobre la cuarentena, dado que en el rubro de la economía del oriente habría dos bandos: uno que quiere que se levanten las restricciones y otro que está a favor de que las medidas contra el Covid-19 persistan. «Y Rojo es hombre de la agroindustria», mencionaron. En su lugar, la presidenta Jeanine Añez juramentó a Oscar Ortiz.
Otro frente de pugna se dio en torno a Herland Soliz, ahora ex presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Fue denunciado por contratos de seguros, de combustible y de alimento. Soliz estuvo en la cuerda floja por más de dos días, luego de que el martes se conociera una carta de renuncia no oficial. Al final, el jueves fue cambiado por Richard Botello. PáginaSiete.