Los clérigos Isaac Achi y Collins Omeh se encontraban en el interior de la rectoría cuando los atacantes la quemaron. Omeh logró escapar; pero en su huida resultó herido al recibir un impacto de bala. Por lo tanto, el gobernador de Nigera, Abubakar Sani Bello, condenó el crimen. Y aseguró que “atacar una instalación religiosa para asesinar a alguien es la peor dimensión de los ataques terroristas”.
Por su parte, la Asociación Cristiana de Nigeria denunció que el ataque «terrorista» tiene como objetivo acabar con toda la comunidad cristiana del país. “El continuo asesinato y secuestro de clérigos cristianos en Nigeria es alarmante. Esto tiene que detenerse a toda costa. La comunidad cristiana debe levantarse y unirse para poner fin a esto», urgió. Igualmente, agregó que «Nigeria se está convirtiendo en un campo de exterminio donde las personas son sacrificadas como pollos». Instó a las autoridades a tomar cartas en el asunto. Agencias