En un estudio, investigadores de las universidades de Texas (EEUU) y Gante (Bélgica) determinaron que sus anticuerpos podrían ayudar a combatir la enfermedad
La búsqueda de un tratamiento efectivo contra la COVID-19 lleva a los investigadores a no descartar ninguna vía de trabajo que pueda ser viable. Y así es como un equipo de científicos ha encontrado una nueva esperanza en un lugar tal vez inesperado: los anticuerpos producidos por las llamas.
El equipo trabajó con una llama de nombre Winter, de cuatro años y que vive en una granja en Bélgica junto a otras 130 llamas y alpacas. La participación del animal en la investigación se remonta a 2016, años antes de la aparición de la COVID-19, cuando el equipo estudiaba dos coronavirus anteriores: SARS-CoV-1 y el MERS.
En un proceso similar al de los humanos, que se vacunan para inmunizarse contra un virus, Winter recibió inyecciones de proteína Spike estabilizadas procedentes de esos coronavirus durante seis semanas. Los investigadores recogieron muestras de sangre y aislaron los anticuerpos que se unieron a cada versión de Spike y uno de ellos se mostró “muy prometedor” para el SARS-CoV-1.
Sobre esa base, el equipo ha diseñado el nuevo anticuerpo que “se muestra prometedor” para el tratamiento del actual SARS-CoV-2. Las copias vinculadas habían funcionado contra el virus SARS.
Los investigadores estaban escribiendo sus hallazgos cuando se conoció la aparición del COVID-19. Inmediatamente se dieron cuenta de que los anticuerpos de llama más pequeños “podrían neutralizar el SARS muy probablemente también reconocerían el virus COVID-19”, indicó el doctor Saelens.
Sin embargo, los especialistas aclararon que avances concluyentes están todavía a varios meses de distancia, dado que tienen que realizarse los ensayos clínicos. También podrían ser necesarios estudios adicionales para verificar la seguridad de inyectar los anticuerpos de una llama en pacientes humanos.
“Todavía hay mucho trabajo por hacer para tratar de llevar esto a la clínica”, dijo Saelens. Y concluyó: “Si funciona, la llama Winter merece una estatua”. Con información de EFE y The New York Times