La Paz
“Quiero ser narco”, es lo que contestó una niña de 12 años, que cursa el primero de secundaria, cuando en la pasada jornada le preguntaron ¿qué quiere ser o estudiar cuando concluya sus estudios?.
La frase salió cuando la activista feminista María Galindo visitó la zona Copacabana Fonvis, distante a dos horas de la ciudad de La Paz y a 50 minutos del centro de El Alto, para conocer un centro de capacitación para mujeres y una unidad educativa que crearon los vecinos sin el apoyo de ninguna autoridad.
En la zona no existe alumbrado público, tampoco pavimento ni adoquines en las calles, pese al llamado de las autoridades locales para atender las necesidades vecinales. En el colegio que crearon los habitantes del lugar, no existe suficiente inmobiliario, baños, canchas; los profesores son pagados por los padres de los menores.
Las autoridades indicaron que la unidad educativa es ilegal porque no cuenta con una resolución ministerial, pero no existe otra forma para que los niños del lugar puedan acceder a la educación, a menos que caminen más de dos horas.
En ese contexto de pobreza extrema, Galindo preguntó a los niños y adolescentes del lugar sobre sus aspiraciones cuando terminen el bachillerato y una de ellas respondió: “Lo que le digo a mi mamá es ser psicóloga, pero lo que en verdad quiero, así sinceramente voy a decir, es ser narco”.
La activista quedó sorprendida y aseguró que esa es la cultura que estamos creando como sociedad para las nuevas generaciones.
Especialistas indicaron que si una niña tiene esa idea de la vida es por el modelo que tal vez tiene en su entorno o el acceso a las redes sociales donde los menores son influidos a través de videos en plataformas como TikTok, YouTube, narco novelas y noticieros. Agencias