Un conflicto “más grande que el de K’ara K’ara” armará Quillacollo si Cercado deposita sus desechos en el botadero de Cotapachi. La población del Valle Bajo cumple tres días de vigilia para evitar la descarga de basura “ajena” en su municipio, mientras tanto, las calles de la ciudad de Cochabamba están hace 11 días convertidas en basureros.
Los carros de Cochabamba no pueden depositar basura en K’ara K’ara, debido a que un grupo de “autoconvocados” bloquea el ingreso al botadero, exigiendo la liberación de tres dirigentes que están encarcelados hace dos semanas en La Paz, por los delitos de terrorismo y atentado a la salud pública.
Considerando que solo el Gobierno puede atender ese pedido, para impedir que la basura continúe acumulándose, el alcalde de Cochabamba, José María Leyes, anunció el depósito de los residuos, temporalmente, en Cotapachi, Quillacollo.
Control Social del municipio del Valle Bajo rechazó ese plan y ayer realizó una inspección en el botadero de Cotapachi, donde constató que había maquinaria pesada preparando el lugar para recibir los desechos de Cercado. La dirigencia y los vecinos pidieron a los operarios que interrumpan su trabajo y abandonen el lugar. Dejaron una comisión para que realice una vigilia.
El presidente de Control Social de Quillacollo, Richard Baptista, dijo que la población está en emergencia y ayer una decena de distritos firmó un voto resolutivo que, entre otras cosas, declara “enemigos” a las autoridades por “atentar contra la salud y el medio ambiente” de ese municipio. Además, exigieron a la Alcaldía quillacolleña que se pronuncie. Opinión