La mastitis es una infección del tejido mamario que suele afectar con regularidad a las mujeres que están en periodo de lactancia. A pesar de que es una condición que no pone en riesgo la salud del bebé, sí es bastante dolorosa e incómoda para la madre.
Existen tratamientos naturales que se pueden aprovechar para acelerar su recuperación y controlar los síntomas.
COMPRESAS FRÍAS Y CALIENTES
En primer lugar presentamos un remedio muy sencillo. La aplicación local de compresas frías y calientes es una terapia relajante que reduce la inflamación y el dolor causado por la mastitis. Sus efectos activan la circulación, mejoran el flujo de la leche y disminuyen la obstrucción.
Para empezar, envuelve una bolsa de agua caliente en una toalla fina y aplícala sobre el pecho infectado durante 15 minutos. A continuación, envuelve varios cubos de hielo en otra toalla y déjalos actuar 5 minutos más. Repite el tratamiento dos o tres veces, hasta aliviar la dolencia.
HOJAS DE COL
Las propiedades antiinflamatorias de las hojas de col ejercen un efecto calmante sobre el pecho enrojecido e inflamado. Tras aplicarlas, se calma la congestión y disminuyen los conductos obstruidos.
En primer lugar, pon varias hojas de col en el refrigerador y déjalas enfriar durante media hora. Acuéstate en un lugar cómodo y ponte una de las hojas en el seno infectado. Cuando esta alcance la temperatura ambiente, cámbiala por una fría. Repite el tratamiento dos veces al día, hasta controlar la afección.
EL AJO
El consumo diario de ajo es una de las formas más eficaces de combatir las infecciones que afectan la calidad de vida. Sus compuestos azufrados tienen propiedades antibióticas y antiinflamatorias que aceleran la recuperación de esta afección. Tritura dos dientes de ajo crudos y consúmelos en ayunas todos los días.
VINAGRE DE MANZANA
Las compresas con vinagre de manzana son una terapia relajante que calma la inflamación y los demás síntomas de la infección. Además, sus propiedades antibacterianas atacan el problema de raíz y ayudan a evitar que se extienda. Ingredientes: ¼ taza de vinagre de manzana. ½ taza de agua tibia.
Vierte el vinagre de manzana en media taza de agua tibia, sumerge una toalla delgada y ponla sobre el pecho enfermo. Espera a que actúe 10 minutos y repítelo dos veces al día.
ALOE VERA
El gel de aloe vera tiene propiedades curativas que disminuyen los malestares relacionados con esta infección mamaria. Su poder analgésico y antibacteriano disminuye el dolor y frena el crecimiento bacteriano en el seno afectado. De paso, contribuye a reparar los tejidos dañados y suaviza la piel infectada.
Para empezar, corta una penca de aloe vera, ábrela con un cuchillo. Después, extrae el gel fresco que contiene en su interior. A continuación, aplica el producto sobre la zona infectada y déjalo hasta que se seque. Por último, enjuaga con agua tibia y seca la humedad con un paño suave. Repite su uso tres veces al día, cuatro o cinco días seguidos.
CALÉNDULA
La caléndula es una planta antiinflamatoria y analgésica que nos puede servir para disminuir las molestias que provoca esta condición. Su aplicación directa reduce la inflamación y calma la sensación de rigidez, dolor y comezón.
Para empezar, pon varias flores de caléndula en un mortero y tritúralas hasta obtener una pasta. Después introdúcelas en un frasco de vidrio y cúbrelas con aceite de oliva. Déjalo macerar durante 3 días y procede a utilizarlo. Por último, toma la cantidad necesaria de aceite y realiza suaves masajes en la mama. Limpia antes de amamantar al bebé y úsalo tres veces al día.
Como complemento a estos remedios caseros procura bombear la leche a mano para desobstruir los conductos. Si el problema persiste durante más de dos semanas, consulta al médico para conocer otros tratamientos.