Remedios naturales para el hígado graso

El hígado graso no alcohólico es una enfermedad crónica en ascenso por el estilo de vida moderno. Los remedios naturales para el hígado graso pueden ayudar, pero hay que modificar la dieta e incorporar una rutina de ejercicios en estilo de vida saludable.

El encargado de procesar las grasas que consumimos es el hígado, por lo que es normal que haya una pequeña acumulación de grasa en este órgano. Sin embargo, cuando la acumulación supera del 5 a 10 % del peso del hígado, estamos frente a un problema, que puede tener serias consecuencias.

REMEDIOS NATURALES

Además de los remedios naturales para el hígado graso que se puedan seguir, hay que seguir una dieta sana y realizar deporte:

ALCACHOFA

Al preparar esta infusión, te quedan cocidas las alcachofas, las cuales pueden incluir en tus ensaladas, hasta tres veces por semanas, para ayudar en la recuperación de tu hígado.

Ingredientes: 4 alcachofas, Agua (cantidad necesaria)

Preparación: En primer lugar, lava bien las alcachofas para que elimines todo rastro de tierra entre sus hojas. Después, coloca las alcachofas en una olla y cúbrelas con el agua. Por último, lleva la olla al fuego, hasta que las alcachofas estén cocidas. El agua se reducirá hasta la mitad, aproximadamente. Simplemente toma esa agua a lo largo del día.

BOLDO Y DIENTE DE LEÓN

Estas hierbas medicinales con habituales en los remedios naturales para el hígado graso. Las hojas tiernas del diente de león se pueden incluir en las ensaladas.

Ingredientes: 8 hojas de boldo, 1 cucharadita de raíz de diente de león (5 g) 1 taza de agua (250 ml)

Preparación: Primero calienta el agua y, cuando llegue a ebullición, aparta del fuego, y agrega las hierbas. Después, deja la infusión tapada por 5 minutos. Pasado el tiempo indicado, cuela y bebe una taza después de cada comida.

TÉ VERDE CON LIMÓN

Los principios activos del té verde lo convierten en un potente remedio natural para el hígado graso. Si además se le añade el jugo de limón, se potencian sus propiedades.

Ingredientes: 1 taza de agua (250 ml) 1 cucharadita de té verde (5 g) El jugo de ½ limón

Preparación: Primero, hierve el agua. Al romper el hervor, agrega el té. Apaga el fuego y tapa la olla. Después, deja el té reposar por 5 minutos. Al tomarlo, agrega el jugo de limón recién exprimido. Toma una taza de té después de las comidas.

SEMILLAS DE PAPAYA Y LIMÓN

La papaya y sus semillas ayudan a prevenir y combatir esteatosis hepática. Incluir el consumo diario de una taza de papaya debe volverse un hábito para quienes padecen esta enfermedad.

Ingredientes: 5 o 6 semillas de papaya, 1 cucharada de jugo de limón (15 ml) 1 vaso de agua (200 ml)

Preparación: Al abrir la papaya, extrae las semillas y ponlas a secar al sol. Una vez secas, tritura de cinco a seis semillas. Agrega este polvo al agua e incorpora el jugo de limón recién exprimido. Toma esta preparación dos veces al día durante un mes.

LECHE Y CÚRCUMA

La cúrcuma es un remedio natural para el hígado graso. Para aprovechar al máximo sus propiedades en la curación de tu hígado, lo mejor es preparar una bebida a base de leche.

Ingredientes: ½ cucharadita de cúrcuma en polvo (2,5 g) 1 taza de leche (250 ml)

Preparación: Primero, calienta la leche y apágala antes de que rompa el hervor. Segundo, agrega la cúrcuma, remueve y deja reposar unos minutos. Simplemente, toma una taza una vez al día.

CARDO MARIANO

El cardo mariano es portadora de una sustancia que disminuye la inflamación de las células hepáticas: la silimarina. Cuando se trituran sus hojas, se libera una savia lechosa, la cual da origen al otro nombre que la identifica: cardo lechoso.

Ingredientes: 2 cucharadas de hojas de cardo mariano (30 g) 1 taza de agua (250 ml)

Preparación: En primer lugar calienta el agua y, cuando hierva, agrega las hojas de la hierba. Después tapa y retira la olla del fuego. Por último, deja que la infusión se enfríe y bebe una taza a diario.

Siguiendo estos consejos y remedios naturales para el hígado graso conseguirás mejorar la salud y calidad de vida de tu hígado. No obstante, recuerda la importancia de mantener un estilo de vida adecuado. Así como respetar el tratamiento e indicaciones de tu especialista médico.