Tras la muerte del ícono musical, se adentró en la laboriosa tarea de revisar sus pertenencias. Entre los hallazgos más sorprendentes se encontraban los misteriosos «cuartos secretos» que el propio Juan Gabriel había mandado a construir en su residencia en San Miguel de Allende, donde solía pasar la mayor parte de su tiempo libre.
Según Pous, estos cuartos secretos estaban ocultos detrás de un librero en la propiedad del cantante. Al moverlo, descubrieron un recorte en el muro que daba acceso a un espacio desconocido para muchos, pero que guardaba tesoros inesperados: fotografías, libros, videos y otros objetos de valor sentimental para Juan Gabriel.