Son las calles con más movimiento en el centro de la ciudad y el primer panorama que ve alguien que visita por primera vez Cochabamba.
A tan solo una cuadra de la terminal de buses se encuentra la avenida Aroma, una vía de dos carriles que divide el centro de la ciudad.
Esta es una de las principales avenidas en el municipio y presenta panoramas diferentes dependiendo en la hora en la que se circula por la zona.
LAS DOS CARAS DE LA AROMA
Durante el día la avenida y calles adyacentes se encuentran llenas de negocios, comerciantes y gente que dependiendo el caso está de paso rumbo al mercado o alguna de las tiendas.
Hasta las 6 y máximo las 7 de la noche esta avenida tiene negocios funcionando, pasada esa hora son pocos los que siguen atendiendo y cerca a las 10 de la noche los únicos que funcionan son los alojamientos y una que otra licorería.
Pasada esa hora las calles antes llenas se transforman, todos los negocios son asegurados, son pocos los que circulan por la zona y los que lo hacen caminan apresurados buscando transporte.
Cada esquina es diferente, en los mercados próximos aún están algunos comerciantes, en la avenida San Martín hay más gente, cerca la Esteban Arce caminan bebedores consuetudinarios tambaleándose y haciendo sus necesidades, cerca de estos una trabajadora sexual que camina rumbo al oeste sobre la avenida.
En la siguiente cuadra inhaladores de clefa sentados en la puerta de una casa, pasando la Ayacucho cerca de una docena de los mismos consumiendo marihuana, bebiendo y llenando al menos media cuadra con su numeroso grupo, al finalizar la misma cuadra otro grupo numeroso esta vez de mujeres transgénero ofreciendo servicios sexuales.
AQUÍ PASA DE TODO
Volvemos durante el día y son las personas que a diario están aquí las que cuentan, cómo es la Aroma ante sus ojos.
Uhhhhh, es la primera respuesta, algunos lo piensan y prefieren no hablar, aquellos que se animan relatan lo que ven y de lo que han sido testigos.
Lo principal es la presencia de los inhaladores de clefa y bebedores consuetudinarios, quienes aseguran protagonizan peleas las cuales son por sus “territorios”, consumen sustancias controladas y hasta vuelen sus mingitorios a las calles.
“Se sientan más allá, se drogan, y eso es lo que veo lo que se drogan y cuando viene los policías revisan que cosas llevan, ocultan los papelitos, lo botan”, relata una joven que ha trabajado bastante tiempo en una tienda.
Y mientras trascurre la entrevista dos inhaladores de clefa se sientan justo en la puerta que señalaba tan solo segundos antes, la joven continua con el relato y explica que debe estar atenta y ver que hacen para proteger el negocio y a la gente que va a comprar.
Señala que los días de mercado y domingos son los que más incidentes ocurren, que mientras están sentados vigilan los trufis para ver si alguien esta distraído usando su celular con una ventana abierta.
El propietario de otro negocio a una cuadra del lugar, también relata fue testigo de consumo y venta de sustancias controladas.
“Es peligroso mayormente paran por aquí venezolanos, tanto bolivianos, como los de la coronilla…hace una semana atrás, no más la policía estaba pasando en moto y han encontrado dos venezolanas, les han encontrado con marihuana solo que la policía no se los lleva, también vienen bolivianos creo que son ellos los que les venden marihuana…la verdad es algo incómodo también entran aquí a la tienda espantan a la gente”.
Durante las últimas dos semanas, se han reportado casos de personas apuñaladas, riñas y peleas e incluso se halló un cementerio de elefantes.
ZONA ROJA
En dos días se identificaron la presencia de locales clandestinos, donde se presume funcionaba un cementerio de elefantes, también se aprehendió una pareja que prostituía a una menor en una casa ubicada en la zona.
Incluso durante el paro de transporte un grupo de inhaladores de clefa protagonizaron una pelea campal, golpeándose con palos de madera. A la vista de los bloqueadores y peatones.
“Aquí están apuñalando a la gente y la gente que viene a hacer sus compras en la mañana son señoras”, manifestó el intendente Enrique Navia durante la clausura del cementerio de elefantes.
Navia resaltó el riesgo de este tipo de locales, ya que “estos señores son los que salen hacen riñas, asaltan delinquen”, advirtiendo mayores controles en la zona.
En un último recorrido por la avenida, están dos jóvenes esperando su trufi, una lleva la mochila adelante y nos cuentan que es la primera vez que pasan por aquí.
“Nos han dicho que es peligroso porque hay muchos ladrones, que no tenemos que usar nuestros celulares, que es muy peligroso. Da miedo porque se ve a borrachitos ahí botados, me da miedo a mí”, explica la estudiante, luego suben al transporte y siguen su camino.
La avenida Aroma se muestra una zona con potencial de crecimiento económico en el día, pero severamente amenazada por la inseguridad y la delincuencia en la noche.
“Podrían hacer algo, pero por una temporada a lo que yo veo, una semana desaparecen y de nuevo empiezan a parecer más y más”, finaliza la joven sin mucha esperanza de que la situación en la zona mejore.