El Tribunal Supremo de Rusia confirmó reconocimiento del movimiento LGBT internacional como organización extremista y, por tanto, quedan prohibidas en el país sus actividades.
A puerta cerrada, el juez del Supremo Oleg Nefedov ha fallado a favor de la reclamación presentada por el Ministerio de Justicia hace un par de semanas, cuando consideró que dicho movimiento viola las leyes que penalizan el extremismo y el odio social y religioso.
El magistrado ha asegurado que esta decisión «no afecta al derecho de los ciudadanos a la privacidad y no conllevará consecuencias jurídicas negativas». Rusia inició su actual escalada represiva contra el colectivo LGTBI en 2013, con una primera ley contra la «propaganda gay» que, bajo la premisa de proteger a los menores, limitaba los mensajes y actividades. La última reforma constitucional incluye también un veto explícito al matrimonio entre personas del mismo sexo. Agencias