Los bares del centro de Groninga, ciudad ubicada a 145 kilómetros de Amsterdam, vieron sacudida su paz cuando los ultra del Groningen, club local, y el Arminia Bielefeld de Alemania se enfrentaron en una salvaje batalla campal 24 horas antes del amistoso que disputaron ambos equipos, que finalizó con un empate 1-1.
Palos, golpes de puño y lanzamiento de las sillas de los locales gastronómicos generaron un caos durante varios minutos, que quedaron grabados en las cámaras de seguridad y en los teléfonos móviles de vecinos y transeúntes que, asustados, captaron la agresión. Tal fue el escándalo que las autoridades dictaron la orden de emergencia para expulsar a las personas implicadas.