Santa Madonna está de cumpleaños

Louise Verónica Ciccone (1958) se vistió de novia, se montó en una góndola veneciana y, Like a virgin, decidió para siempre su bautismo artístico como Madonna.

Ese fue ciertamente un ajuste de cuentas con su historia personal. Porque Louise Verónica Ciccone no nació en Italia sino en Bay City, Michigan, de manera que su renacimiento italiano no pudo encontrar mejor refugio iconográfico que la Santa Madonna, claro que en la versión de Bernini, escultor de El éxtasis de Santa Teresa (iglesia Santa María de la Victoria en Roma), un maravilloso rostro desbordado por “la corrida de una santa”.

Desde entonces, el gesto de Madonna en el sentido más amplio en una carrera artística que ya lleva medio siglo absolutamente vigente- no sólo ha sido el de un éxtasis permanente sino el de la ostentación de ese orgasmo puesto en escena. Por eso, el espectacular beso protagonizado junto a Britney Spears durante aquel memorable show de los premios MTV el año 2003 -y de ahí en adelante varios de esos más- no fue sino la ratificación del alarde de la diva, cual can que marca su territorio, porque la Reina del Pop es y será ella.

Y es que la segunda razón que da sentido a su bautismo es la revancha. Cogerse al mundo que como en todo culebrón que se precie- hizo lo propio con ella misma, con esta Border girl emigrada a Nueva York antes de alcanzada la fama. De allí que su actuación en la película/musical de Alan Parker, Evita (1996) fuese sobre todo un reconocimiento filial con Eva Duarte, otra manera de besar esta vez a Santa Evita, la mamma grande.

Por ahora la mamma grande sigue siendo ella, Madonna, que no espera el beso póstumo. Hace rato ya que tomó la delantera para marcar territorio y montarse a esas cachorras copionas del gesto virginal. Pero el tiempo pasa y Santa Madonna está grande. Este 16 de agosto cumple 62 años y esa es su batalla más reciente: el “edadismo” (ageism, en ingles) o discriminación por edad, asunto contra el que la diva pelea cuerpo a cuerpo. Y gana.

Cuando en 1992 Madonna publicó su libro SEX, exhibiendo, o mejor dicho ostentando su cuerpo desnudo, sorprendió por la desnudez misma como tabú universal, pero también porque ese cuerpo musculoso no terminaba de encajar con el imaginario de la edad de su protagonista: Madonna tenía entonces 34 años. Supongo que el equivalente a los 50 de ahora. Es decir, medio-vieja.

Pero la Reina del Pop, terca como es, probó década tras década, que la edad es una convención. Y en su caso, cual Evita, Santa Madonna ya es inmortal.