Seis cementerios del Eje Metropolitano de Cochabamba sufrieron cambios en sus infraestructuras, con el objetivo de responder a la alta demanda de entierros de personas que fallecieron con COVID-19.
La tasa de decesos por coronavirus en el departamento es una de las más alta del país: al menos siete de cada 100 personas contagiadas fallecen.
Frente a esa situación, la mayoría (cuatro en total) aún está en proceso de consolidación de hornos crematorios. Se trata de Tiquipaya, Colcapirhua, Vinto y Quillacollo. Todos serán instalados en los respectivos camposantos de esos municipios.
Cercado culminó la construcción de su segundo horno el pasado mes y Sacaba ya tenía uno antes de la pandemia.
Colcapirhua, además apunta a la ampliación de su cementerio, con la construcción de un bloque de nichos y una capilla.
Además, desde que hubo el brote de coronavirus en Bolivia, Quillacollo y Cercado habilitaron fosas comunes. Agencia