Su función desempeña un papel esencial para la salud, ya que participa en el metabolismo del cuerpo al ser el responsable de producir una parte de los jugos que se requieren para la digestión, así como las hormonas que regulan los niveles de azúcar en la sangre.
Una de las razones por las que es tan difícil tratar esta patología es porque en sus primeras etapas no deja ver síntomas contundentes, o bien, se pronuncia a través de unas señales que se confunden con otras enfermedades más comunes.
De acuerdo con los expertos de la Asociación Española Contra el Cáncer, gran parte de los síntomas aparecen cuando la tumoración logra un tamaño considerable, capaz de perturbar el funcionamiento digestivo, del hígado y de otros sistemas que dependen de su función. En muchos casos está tachado como un “asesino silencioso” porque solo se logra encontrar en su etapa final cuando ya no hay nada que hacer.
La buena noticia es que hoy en día los investigadores han podido encontrar algunos signos oportunos que podrían ayudar a actuar a tiempo, según indican los datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Ante cualquier duda, consulta con tu médico.
Problemas digestivos
Este es uno de los síntomas más difíciles de considerar como consecuencia de cáncer de páncreas debido a todos los factores que lo puedan originar.
No obstante, es primordial mencionarlo, ya que es bastante común entre los pacientes debido a una obstrucción que bloquea la circulación de las enzimas digestivas, responsables de digerir alimentos pesados que contiene las proteínas, las grasas y los carbohidratos. Al presentarse esta dificultad la persona puede experimentar: Gases. Dolor. Inflamación. Estreñimiento.
Piel amarillenta
La coloración amarillenta de la piel suele ser el resultado de un aumento en los niveles de bilirrubina en la sangre. Cuando la tumoración está ubicada en la cabeza del páncreas los pacientes suelen padecer este síntoma –según afirma el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas– que, a menudo, se acompaña de comezón en las manos y los pies. Esto se produce por un taponamiento en el conducto biliar, el cual se encarga de regular este pigmento.
Pérdida de peso repentina
¿A quién no le gustaría bajar muchos kilos de repente? Parece un milagro el hecho de perder unas cuantas tallas de un momento para otro sin hacer un esfuerzo alguno. Lo cierto es que detrás de esta “maravilla” se esconde una de las principales señales de cáncer o de otras patologías crónicas.
Cambios en las heces, una posible señal de cáncer de páncreas
Por la interferencia que causa la tumoración en la acción de las enzimas digestivas, es muy común que haya una serie de cambios en las heces que también pueden ayudar a alertar la enfermedad. Por ejemplo, al ser más difícil la digestión, los desechos son más duros y difíciles de expulsar.
Algunos expertos creen que al observar este tipo de detalles u otras señales como el sangrado, aumentan las probabilidades de recibir un diagnóstico temprano. Experimentar con recurrencia estos síntomas es una razón más que suficiente para consultar con el especialista para recibir un examen médico adecuado.