Presidenta, hoy me quiero dirigir a usted que acaba de promulgar una ley criminal, una ley que atenta contra la vida de los bolivianos, a usted que se ampara en que es «respetuosa de la ley» y que «es su obligación constitucional».
A usted quiero responderle porque yo hubiese preferido ir a la cárcel para cuidar a mi gente antes que promulgar esa ley criminal y sé que muchos bolivianos hubieran estado dispuestos a hacer lo mismo.
Señora presidenta además de irresponsable, es usted cobarde al querer deslindar su responsabilidad y enviar un mensaje electoral al tiempo de anunciar la promulgación de la ley que nos obligará a todos a elegir entre votar o morir. No solo son responsables Luis Arce Catacora, Evo Morales y Carlos Mesa del suicidio masivo al que nos están obligando, es culpable usted también porque usted asumió el cargo con el único fin de llamar a elecciones, se emborrachó de poder en Palacio y quiso jugar a la política. Se equivocó presidenta y eso la llevó a cogobernar con el MAS por cerca de 6 meses, a hacer campaña con la gestión pública y a socapar la corrupción de su entorno, con el que quiere gobernar por otros cinco años. Se equivocó porque eligió sus intereses de CANDIDATA antes que su obligación como FUNCIONARIA PÚBLICA.
Si llegamos a esta situación es porque usted no cumplió con su obligación, su obligación de limitarse a convocar a elecciones y luego, en este caso fortuito y trágico de la pandemia, su obligación de defender la vida de los bolivianos por encima de todo, disponiendo todo el aparato del Estado en la atención de esta crisis sanitaria.
Los únicos dos caminos presidenta no están entre usted y el MAS, están entre todos los viejos políticos que hoy demostraron que son de la misma bajeza que el MAS y que están dispuestos una vez más a arriesgar la vida del pueblo por dos pesos y un sillón presidencial.
Queremos elecciones, SI, pero NO ASÍ.