La estadounidense celebró a lo grande su triunfo con sus 23.800 entregados aficionados en la pista central de Flushing Meadows, la mayor y más ruidosa del mundo, y ahora afrontará el miércoles un desafío mayor ante la estonia Anett Kontaveit, número dos mundial.
«Primero de todo, muchas gracias porque no esperaba nada de esto», agradeció Serena tras su triunfo. «Cuando salté a la pista solo traté de dar lo mejor de mí. El público estuvo de locos y realmente me ayudó a conseguirlo».
Aunque también competirá en dobles junto a su hermana mayor, Venus, el mundo del deporte tenía todos los ojos puestos en el estreno individual de Serena Williams, al que que acudieron celebridades como Bill Clinton, Mike Tyson o Hugh Jackman, con la expectativa de que fuera el último partido de su ídolo.
A un mes de cumplir de 41 años, Serena dejó entrever que se retirará después de su participación en este US Open, torneo en que se dio a conocer en 1999 con su primer título de Grand Slam a los 19 años.
Tras su victoria, mantuvo ante la prensa la ambigüedad respecto al momento exacto en que dirá adiós. «He sido bastante vaga al respecto, ¿cierto? Voy a seguir así porque uno nunca sabe», declaró. Kovinic, de 13 años más joven, se vio superada por una Williams que lució su mejor forma desde su reciente vuelta a la competición tras un año de inactividad.
La estadounidense se apoyó en su todavía potente servicio (9 aces) para reducir los esfuerzos y fue implacable en los momentos clave, salvando ocho de las 10 pelotas de quiebre que afrontó.
Tras el choque, la montenegrina volvió a agradecer la oportunidad de jugar ante una rival legendaria. «Quizás es la única oportunidad en la vida de jugar contra Serena, especialmente en una noche en la Arthur Ashe», declaró. «Fue una experiencia en la que solo podía pensar y soñar en toda mi carrera. Estoy muy contenta de haber podido jugar contra ella». Agencias