Al menos cinco personas han muerto y otras cinco han resultado heridas en el bombardeo ruso de la tarde de ayer contra la torre de televisión de Kiev, informó el Servicio Estatal de Emergencias ucraniano en su página de Facebook.
SEXTO DÍA DE INVASIÓN
Ayer se cumplió el sexto día de la invasión rusa de Ucrania y un convoy militar de Rusia de 64 kilómetros de largo se dirige a Kiev para una ofensiva a gran escala sobre la capital del país. Un ataque que, de hecho, parecía ser inminente.
Sin embargo, parece que el movimiento militar de Rusia en Kiev se ha estancado debido a que sus fuerzas enfrentan desafíos logísticos, incluida la escasez de alimentos para algunas unidades, y parecen estar reevaluando cómo avanzar en la ciudad.
«Una de las razones por las que las cosas parecen estar estancadas al norte de Kiev es que los propios rusos se están reagrupando, repensando y tratando de adaptarse a los desafíos que han tenido», dijo el funcionario.
ATAQUES EN NEGOCIACIONES
Zelenski, el presidente ucraniano, ha criticado los bombardeos y ataques con misiles justo durante las negociaciones. Las consecuencias siguen siendo devastadoras y el flujo de refugiados es constante, especialmente hacia la frontera con Polonia.
Otras familias deciden permanecer en sus casas y se refugian en búnkeres. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue movilizándose, reforzando sus fronteras y enviando ayuda humanitaria a Ucrania.
BOMBARDEAN JÁRKOV
Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, ha sido atacada de nuevo este martes. Esta vez el objetivo ha sido la sede del gobierno regional. Según el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, se produjo un ataque con misiles en la Plaza de la Libertad de Járkov que ha dejado heridos, entre ellos un niño.
Durante la jornada del martes, al menos nueve personas murieron y 37 resultaron heridas después de que las fuerzas armadas rusas dispararan múltiples cohetes sobre Járkov. Imágenes de cámaras de seguridad muestran misiles cayendo sobre el centro de Járkov y aterrizando entre edificios residenciales.
ZELENSKI PIDE APOYO
ANTE LA EUROCÁMARA
Menos de 24 horas después de firmar la petición formal de adhesión de Ucrania a la Unión Europea, Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, se ha dirigido por videollamada al Parlamento Europeo, reunido en un pleno extraordinario para analizar la situación en el país vecino y para votar una resolución en la que apoyarán que la UE le otorgue a Ucrania el estatus de país candidato.
“Sin ustedes, Ucrania se quedará sola”, ha señalado Zelenski en un emotivo discurso en el que ha hecho un llamamiento directo a la Eurocámara y los líderes europeos para que otorguen a su país el estatus de candidato. “Prueben que estén con nosotros, prueben que no nos dejarán caer, prueben que, de hecho, son europeos. Y, entonces, la vida prevalecerá sobre la muerte y la luz prevalecerá sobre las tinieblas”, ha concluido el presidente ucraniano.
DE COMEDIANTE A PRESIDENTE
El presidente de Ucrania es Volodímir Zelenski. Y le toca enfrentarse a Putin en la guerra que le declaró Rusia. Es un ex actor cómico muy popular. Tiene 41 años. En su primera experiencia política, arrasó con los votos. El presidente de Ucrania se llama Vlodímir Zelenski. Hace casi tres años fue elegido con más del 70% de los votos.
En 2019, la campaña del comediante fue a tono con su trayectoria. De hecho, su partido político tomó el nombre del show que lo hizo famoso. La idea funcionó: cosechó casi el doble de votos que el presidente saliente Petro Poroshenko en primera vuelta. En la segunda vuelta, lo derrotó en 23 de las 24 provincias. El joven y carismático Zelinksi hizo de su falta de experiencia en la arena política una virtud. Se encargó de repetir hasta el cansancio que era un «ucraniano más», que no pertenecía a la «casta política», fuertemente asociada a la corrupción en aquel país.
De hecho, durante la campaña, el outsider de la política evitó hacer promesas para no decepcionar a los votantes. Sus discursos fueron, prácticamente, atacar a su contrincante, Poroshenko.
Las pocas promesas que hizo fueron en torno a echar por tierra la corrupción así como también emigración masiva de jóvenes; recuperar Crimea y los territorios de oriente por vía diplomática con Rusia, no con los separatistas. «Sin promesas, no hay decepción», dijo en alguna oportunidad, para no ahondar sobre de su plataforma electoral. El joven comediante no organizó actos populares; tampoco pronunció discursos ante grandes multitudes. Se enfocó en las redes sociales. Desde allí, difundió mensajes divertidos.
CRÍMENES DE GUERRA
Las afirmaciones de que Rusia está cometiendo crímenes de guerra están aumentando. El presidente de Ucrania, funcionarios del gobierno local y Amnistía Internacional dicen que los ataques deben investigarse.
Rusia ha negado que esté apuntado a áreas residenciales, pero la Corte Penal Internacional (CPI), que examina los crímenes de guerra, podría abrir una investigación.
Cualquier ciudadano ruso acusado de cometer crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad o genocidio en Ucrania tendría que ser extraditado por el Kremlin antes de ser juzgado en La Haya. Las autoridades ucranianas aseguran que Rusia está golpeando puntos civiles en Járkiv.
VLADIMIR PUTIN NO RETROCEDERÁ
La invasión de Rusia a Ucrania ha conmocionado al mundo, pero en muchos sentidos, Vladimir Putin se ha estado preparando para esto durante algún tiempo.
Para Putin y al menos algunos rusos, los villanos de la crisis no son solo los nacionalistas ucranianos, sino también los gobiernos occidentales. Considera que Occidente tiene un conjunto de estándares para sí mismo y otro para países como Rusia.
Comprender este aspecto de la perspectiva de Putin sobre el mundo es crucial para comprender por qué ha estado tan poco dispuesto a retroceder ante lo que considera como intransigencia e hipocresía occidentales. Las nociones rusas de la hipocresía occidental tienen una larga historia que se remonta al período de la Unión Soviética y la Guerra Fría. Un evento particularmente crucial fue la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962. Durante esa crisis, Estados Unidos cuestionó si era razonable que la Unión Soviética colocara armas nucleares en Cuba, mientras que al mismo tiempo colocaba sus propias armas cerca de la Unión Soviética en Turquía. Agencias