En el escándalo de los respiradores con presunto sobreprecio, el embajador de Ciencia y Tecnología, Mohammed Mostajo, es el más señalado. Aunque el Ministerio Público adelantó que lo convocará, un exdiputado se encargó de acusarlo bajo siete delitos.
Enriquecimiento ilícito, enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado, favorecimiento al enriquecimiento ilícito, uso indebido de influencias, beneficios en razón cargo, delitos contra la salud pública e incumplimiento de deberes fueron los delitos que encontró el exlegislador cruceño Bernardo Montenegro, del extinto Poder Democrático y Social (Podemos), del expresidente Jorge Quiroga.
El exlegislador presentó en la Fiscalía Departamental de Santa Cruz una demanda contra el funcionario, cuyos legajos fueron derivados el 20 de mayo por la fiscal Mirna Arancibia a su par de La Paz, Marco Antonio Cossío.
¿Por qué lo hace? Montenegro respondió a La Razón que cree que Mostajo participó del presunto negociado a partir de su papel en el gobierno de Jeanine Áñez.
Dijo que antes de que se destapara el escándalo, el funcionario siempre hablaba de su participación en la compra. “Ahora pretende deslindarse de la responsabilidad”, afirmó el exdiputado.
Miembro del Comité Científico que asesora a la presidenta Áñez en la emergencia sanitaria por la expansión del nuevo coronavirus en Bolivia, Mostajo fue señalado insistentemente como uno de los implicados en la compra de 170 respiradores españoles con un presunto sobreprecio.
En su defensa, el embajador dijo a los medios de información que su rol en esta crisis es solo plantear estrategias respecto de las medidas de prevención, como la cuarentena o las restricciones.
El 5 de abril, tres días antes de que jurara al cargo el otrora ministro de Salud Marcelo Navajas, informaba en una entrevista con Bolivia Tv sobre la compra de 500 respiradores para la emergencia.
El 20 de mayo, cuando había estallado el caso, el fiscal Cossío lo señaló como una de las 10 personas próximas a ser citadas.
Con un doctorado en Biología Molecular y Celular en la universidad de Harvard, en Estados Unidos, Mostajo fue posesionado el 13 de abril como embajador de Ciencia, Tecnología e Innovación por la presidenta Áñez.
Aunque dice no conocerlo, sino como parte del entorno de la Mandataria, Montenegro sospecha que el embajador aprovecha su cargo para favorecer a uno de sus primos en los negocios del Estado en la provisión de insumos y medicamentos para la emergencia sanitaria por el COVID-19.
Así, cuenta que a principios de mayo Eduardo Claros Mostajo, sin ser funcionario, participó de la entrega de medicamentos en Trinidad junto el ministro de Justicia, Álvaro Coímbra.
“Hay algo raro y oscuro” en esas acciones, “no sé si es porque (Mostajo) es demasiado cercano a la Presidenta o hay algo que se está encubriendo”, insistió Montenegro sobre la falta de convocatoria del funcionario en las investigaciones judiciales.
En una entrevista con el programa “No Mentirás”, hace una semana en la red PAT, Mostajo admitió ser primo de Claros, aunque negó que le hubiera favorecido con nada o que aquel haya vendido algo al Estado.
“Este embajador fue y es (seguramente dados sus estudios y conocimientos) quien estuvo y está a cargo en este periodo de emergencia de todo lo que se refiere a adquisición de bienes tecnológicos como ser los respiradores”, dice el memorial de Montenegro presentado el 19 de mayo.
También pide al Ministerio Público investigar quién es Claros Mostajo o de quiénes son o a qué se dedican las empresas Mediquip, Dolphin Mall y Medimark.
Entre el 8 y 11 de mayo, el Ministerio de Salud acordó con la española IME Consulting Global Services SL la compraventa de 170 respiradores a un costo unitario de $us 28.080, a diferencia de los $us 7.234 del precio de fábrica. Agencias