Ese lunes, la delegación de Bolivia expone sus alegatos en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, dentro de la demanda por las aguas del Silala.
El abogado parte de la delegación boliviana, Gabriel Eckstein expuso que Chile mintió sobre el origen, la profundidad y magnitud de los canales artificiales construidos sobre el Silala. Además, destalló los daños que tiene el humedal tras estas obras de canalización.
«Los canales tienen una extensión de seis kilómetros y medio y más ductos, pero Chile presentó el tema como unas pequeñas acequias, pero es evidente que se trata de un sistema sofisticado», sostuvo. Además, detalló que el vecino país dijo que los canales no tenían medio metro de profundidad, pero «según estudios tienen una profundidad de un metro».
Sobre el origen mencionó que la empresa chilena que pidió realizar las obras justificó «falsamente» que se realizaban por razones sanitarias, para evitar la proliferación de insectos. «Literalmente parece increíble creer que el motivo de la obra era reducir la producción de huecos de insectos. Estas obras se realizaron para influir en el flujo del agua que llega al vecino país», resaltó.
A través de un didáctico «recorrido virtual», Eckstein detalló que tras la canalización se identifican daños sobre los humedales en el territorio boliviano.
Eckstein remarcó que los flujos del Silala fueron modificados en términos de sus caudales, manera y magnitud con el fin de cumplir con las necesidades de una empresa chilena, lo que afectó en la cantidad y calidad del agua.
En la jornada los juristas adelantaron que Bolivia tiene la intención de desmantelar los canales artificiales. El jurista del equipo boliviano, Alain Pellet expresó: «He sido autorizado a afirmar que Bolivia tiene la firme intención de proceder a la recuperación de los bolefales y el Gobierno cree que la mejor manera será el desmantelamiento de los canales. Aunque, también se analiza otras alternativas».
El pasado viernes, la delegación de Chile adelantó que no se oponía a esta actividad. Agencias