Sin presencia del Estado, la violencia golpea al Trópico

Dos hechos estremecedores, ocurridos con apenas 161 kilómetros de distancia entre sí, revelan una alarmante escalada de violencia en regiones cocaleras clave de Bolivia: Yapacaní y el Trópico de Cochabamba. Ambas zonas, con fuerte actividad de producción de coca, también están marcadas por el avance del narcotráfico, el crimen organizado y una preocupante falta de presencia estatal.

El primer caso ocurrió en Yapacaní, donde un hombre fue asesinado. Su cuerpo presentaba signos de tortura y al menos 16 impactos de bala. Este segundo hecho, que conmocionó al país, fue el brutal linchamiento de dos personas en el Trópico de Cochabamba, presuntamente acusadas de robo de vehículos.

Aguilera advirtió que en el Chapare se han registrado acciones destinadas a obstaculizar la presencia del Estado. “Se socapan actividades delictivas y se intenta consolidar una forma de gobierno paralelo”, denunció poco después de recordar el linchamiento de dos hombres en el municipio de Shinahota que tuvo lugar el viernes como otro reflejo de la impunidad y falta de control que impera en la zona.

El Ministerio Público continúa con las investigaciones y evalúa imputar a los responsables por homicidio o asesinato. Mientras tanto, los cuerpos aún no han sido trasladados al IDIF para su identificación formal y autopsia, debido al bloqueo comunitario. La tensión sigue latente en ambas regiones, donde la sombra del crimen organizado y la falta de autoridad refuerzan un clima de desprotección y violencia.