Síntomas de autismo en niños

Hablar de síntomas de autismo en niños es clave para entender de qué se trata esta enfermedad. Considerando que no existen estudios complementarios para llegar a un diagnóstico, como pruebas sanguíneas o de imagen, debemos valernos de los signos.

Los síntomas del autismo en niños aparecen antes de los 3 años y, por ello, en esencia es un trastorno del desarrollo. Los mismos tienden a permanecer a lo largo de la vida del individuo una vez que se hacen presentes.

SÍNTOMAS DE AUTISMO

Los niños con trastorno del espectro autista pueden tener serios problemas de lenguaje. Es habitual que no respondan a las preguntas y que elijan no hablar para mantenerse en silencio por tiempos prolongados.

La expresión del rostro también suele ser característica, sin demasiadas gestualidades. Para los padres se vuelve difícil interpretar qué es lo que están sintiendo. Convengamos que la gestualidad es parte importante de la comunicación, y en los niños autistas se suma como otro elemento que dificulta la interacción.

Algunos niños saben su nombre perfectamente, pero no responden cuando son llamados por el mismo. A veces, los adultos creen que esto tiene que ver con una problemática auditiva, y comienzan su recorrido de consultas en otorrinolaringólogos.

En otras ocasiones, los pequeños tienen la costumbre de repetir una pregunta de manera constante, aun recibiendo una respuesta satisfactoria. No lo hacen, en realidad, por recibir respuesta, sino como parte de sus conductas repetitivas.

FALTA DE INTERACCIÓN SOCIAL

Los trastornos del espectro autista tienen como eje la falta de interacción social. El niño parece desconectado de la realidad que lo circunda y no tiene interés en relacionarse con lo que está a su alrededor.

La mirada es bastante característica. Uno de los síntomas del autismo reside en no mirar de manera directa a los ojos de otros, además de desviar la mirada hacia los costados en situaciones que implicarían contacto directo.

No suelen gustarles los gestos de aproximación íntima, como los abrazos. Rechazan ese acercamiento, incluso con manifestaciones violentas si lo consideran necesario.

El juego de los niños con trastorno del espectro autista es solitario. Con mucha dificultad entablarán rutinas de juego con otros pequeños. Además, el juego personal es repetitivo, siempre de la misma manera y siempre con los mismos juguetes que han seleccionado desde un principio.

COMPORTAMIENTO ANÓMALO

Los comportamientos de los niños autistas son extraños para el resto. Realizan actividades que los demás no realizarían y le otorgan funciones a las cosas que se salen de la norma convencional.

Los juguetes que eligen reciben una función diferencial, y puede que solo jueguen con una parte de los mismos, sin emplear la totalidad del juego. Por supuesto, el juego es repetitivo y monótono.

El balanceo en el autismo es otro signo clásico. Los niños con estos trastornos se mueven hacia delante y hacia atrás en el mismo lugar, a veces por horas. Esto se puede acompañar de una visión perdida en el infinito, siempre hacia la misma dirección.

El cambio de rutinas es un gran problema. La vida del niño autista se organiza en torno a rituales y repeticiones que se convierten en crisis si sufren algún cambio, incluso con accesos violentos.

El comportamiento de los niños autistas es diferente y resulta extraño para el resto de personas.

DETECCIÓN DE LOS SÍNTOMAS

Si los padres están atentos a la detección de los síntomas de autismo, y los profesionales de la salud son hábiles para orientar el diagnóstico, será más fácil abordar el tratamiento. Se trata de una enfermedad crónica, pero la identificación temprana mejora de manera significativa la calidad de vida de las familias.