Reconocer los síntomas del cáncer de pulmón es fundamental para detectarlo a tiempo, ya que muchos diagnósticos se dan en etapas demasiado avanzadas y se reducen las posibilidades tanto de mejoría como de tratamientos.
Respiración forzada. Las dificultades para respirar no siempre son un síntoma de una enfermedad grave, pero sí son bastante habituales entre quienes están desarrollando cáncer de pulmón. Quedarse sin aliento al hacer actividades cotidianas o sentir que se debe hacer más esfuerzo para poder respirar son signos que deben consultarse con el médico.
Silbido en el pecho. Los silbidos en el pecho son síntomas comunes de afecciones respiratorias como el asma y los resfriados. Sin embargo, cuando se dan de forma repentina y sin razón aparente, pueden indicar que algo raro está pasando en los conductos respiratorios.
Fatiga. La sensación de fatiga (tanto física como mental) es común en los pacientes con cáncer, sobre todo cuando está relacionada con el sistema respiratorio. Esto se debe a que las vías respiratorias se estrechan por la formación de tumores o porque el líquido se queda retenido en los tejidos del pecho y dificulta la oxigenación de las células.
Tos persistente. Según un artículo publicado por el hospital Caritas Medical Centre, la tos es una reacción inmunitaria ante el ataque de algunos virus y bacterias que proliferan en el sistema respiratorio. Por lo general desaparece después de una o dos semanas, aunque algunas condiciones pueden hacer que permanezca por más tiempo.
La tos es demasiado recurrente e incontrolable. Al toser se producen sangrados. La tos contiene demasiadas flemas. Viene acompañada de ronquera.
Dolor en el pecho. Entre los primeros síntomas del cáncer de pulmón se incluye una sensación de dolor en el pecho que suele incrementarse al realizar algún esfuerzo físico, toser o reír. Algunas veces se extiende hacia los hombros y la zona lumbar y, por lo general, se manifiesta de repente, sin una razón aparente. Además, cuando el dolor es más intenso e incontrolable, hay probabilidades de que las células cancerosas se hayan extendido hacia los huesos cercanos.
Dolor en las manos y los dedos. La sensación de dolor en las manos y los dedos son algunas de las primeras señales de advertencia de este tipo de cáncer y, a su vez, una de las más ignoradas. Asimismo, algunas veces aparece como señal de alerta de tumores en los conductos respiratorios, dado que su presencia dificulta la circulación y oxigenación. Por ello, las palmas de las manos con piel engrosada y blancuzca deben ser evaluadas por el médico.
Fiebre. Según un artículo publicado en los Anales del Sistema Sanitario de Navarra, la fiebre en los pacientes con cáncer de pulmón suele producirse como consecuencia del debilitamiento del sistema inmunitario. Por lo general, es más recurrente después del diagnóstico de la enfermedad, dado que algunos medicamentos la estimulan.
Flema con sangre. La expectoración con sangre nunca se debe ignorar, incluso si solo son unas pequeñas manchas rojizas en las flemas. Su presencia puede indicar cáncer u otras patologías respiratorias graves.
Aunque estos síntomas no siempre indican la presencia de una enfermedad oncológica, es fundamental evaluarlos cuanto antes para recibir un diagnóstico preciso. Asimismo, no hay que olvidar que adoptar hábitos de vida saludables y evitar el tabaco son formas sencillas de disminuir el riesgo.