“Antes el kilo de pollo estaba a 10 pesos ahora es un milagro si lo consigues a 14 (…) parecen de Alasitas y todavía tan caro”, protestó una ama de casa mientras compraba dos pollitos para toda la semana.
Explicó que durante los primeros meses de cuarentena vendían dos pollos grandes por 50 bolivianos, pero este miércoles tuvo que comprar dos pollos que pesaban 3,5 kilos por ese mismo precio. “Lo peor es que es puro hueso, tendré que hacer sopitas nomas”, concluyó.
Como ella, son numerosas las amas de casa que se quejan por el aumento del precio de este producto básico de la canasta familiar, reclaman a las autoridades regular este precio para evitar especulación.
¿DESABASTECIMIENTO?
En los principales mercados de la ciudad, se observa que el tamaño de los pollos ofertados se ven mucho más pequeño. Doña Norma, una caserita de la Calatayud, explicó que los productores les entregan puro pollo pequeño porque existe una escasez de pollo vivo.
Señaló que durante la primera cuarentena no se dejaba pasar alimento ni pollo bebé a las granjas, por lo que no se renovó la cantidad de aves en los criaderos; y ahora, ante la necesidad los sacrifican antes de llegar al peso ideal.
CIERRE DE GRANJAS
Desde el mes de abril, fueron numerosas las granjas que se dedicaban a la crianza de pollo que quebraron por la poca venta de este producto. Ante la sobreproducción el kilo de pollo bajó hasta los Bs. 8 en los mercados, disminuyendo más el precio en el que entregaban los productores a las carnicerías.