Sucesos que marcaron el proceso electoral del 18 de octubre de 2020

Para llegar a las elecciones generales del pasado 18 de octubre, Bolivia tuvo que superar diferentes sucesos o situaciones, algunos marcados por hechos de violencia y luto.

La crisis tuvo su punto más crítico el día después de las anuladas elecciones del 20 de octubre de 2019. La suspensión por varias horas de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) y una repentina victoria en primera vuelta del MAS originó sospechas y denuncias de un fraude electoral a favor del partido masista.

El 22 de octubre, el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Diego Pary, pidió a Luis Almagro, secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que envié al país su representación para realizar una auditoría al cómputo electoral del 20 de octubre.

El 25 de octubre, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) culminó el trabajo de cómputo al 100% que dan como ganador de las justas electorales del 20 de octubre a Evo Morales, del Movimiento  Al Socialismo (MAS) con el 47.08% y, Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa, alcanzó el 36.51%.

Entre el 20 de octubre y el 27 de noviembre un total de 32 personas pierden la vida en enfrentamientos violentos y en protestas antigubernamentales. Muchas vidas se perdieron durante la represión de las fuerzas de seguridad.

A inicios de noviembre, en un cabildo en Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, llamó al Ejército y a la Policía a «ponerse del lado de la gente», además dio un plazo de 48 horas a Morales para que renuncie.

Pasado el plazo, el líder cívico viajó a La Paz para entregar una carta de renuncia esperaba la firma de Morales.

El 8 de noviembre, tres unidades policiales se amotinaron en Cochabamba, Sucre y Santa Cruz. A lo largo de la noche y durante la madrugada del siguiente día, el motín se extendió al resto de los departamentos de Bolivia. El Gobierno descartó una operación militar contra los sublevados.

Al día siguiente, el 9 de noviembre, el ahora expresidente Evo Morales pidió a los candidatos dialogar para pacificar el país, pero la respuesta fue negativa. Hasta este momento el pedido ya no era la realización de una segunda vuelta de las elecciones, sino la renuncia de Morales y nuevas elecciones sin su participación.

El Ejército boliviano advirtió de que no se enfrentarían al pueblo boliviano y pidieron una solución política.

El 10 de noviembre, en medio de la crisis social y política que atravesaba Bolivia, la OEA emitió un informe preliminar sobre el proceso electoral del 20 octubre y recomienda nuevas elecciones por un fraude electoral.

Horas más tarde, ese mismo día, la Central Obrera Boliviana, la Policía y el Ejército pidieran la renuncia del presidente.

Más tarde, el expresidente convocó a nuevas elecciones en Bolivia y a un cambio total del órgano electoral. Ante el rechazo a esa posible solución, Evo Morales renunció a su cargo hacia las 18.00.

Esa noche, la población amaneció en zozobra, porque hechos vandálicos se produjeron en diferentes puntos del país.

Luego varias autoridades, entre parlamentarios, ministros, gobernadores y ejecutivos de entidades públicas renunciaron.

El 12 de noviembre, la entonces senadora Jeanine Áñez asumió como presidenta interina del país. El Tribunal Constitucional la avaló al interpretar que hubo «abandono definitivo» de la presidencia por parte de Morales.

El 24 de noviembre de 2019, Áñez promulgó la ley llamando a elecciones. Sin embargo, esperaría hasta enero para concretar una convocatoria para el 3 de mayo de 2020.

Pese a haber dicho varias veces que no sería candidata, el 24 de enero, la presidenta transitoria Jeanine Áñez anuncia su postulación como un intento de unir a las fuerzas contrarias a Evo Morales.

En marzo de 2020 Bolivia registró los primeros casos de coronavirus. Esa crisis sanitaria obligó al Órgano Electoral a postergar las elecciones en tres ocasiones.

Una movilización por 12 días, a inicios de agosto de 2020, que causó varios decesos de enfermos con coronavirus y de otras patologías, presionó a las autoridades del Gobierno la aprobación de una ley que defina como fecha límite e inamovible la realización de elecciones.

El 17 de septiembre, cuando la presidenta Áñez declina su candidatura, tras la pérdida de apoyo en unas encuestas. Áñez dijo que su decisión era para “cuidar la democracia” y ante el riesgo de que por la “división del voto democrático” el MAS gane la elección.

El 3 y 4 de octubre se desarrollaron los que muchos llamaron un debate presidencial. Para algunos analistas, eso eventos tenían características de un foro, no un debate como tal.

Sólo al evento del 3 de octubre asistieron todos los candidatos a la Presidencia habilitados para participar en la contienda electoral, a la segunda no asistieron los presidenciables del MAS y Creemos.

Ambos foros fueron marcados por algunas frases y conductas de candidatos que fueron motivo de ocurrentes memes.

Tras declinación de Áñez, el 11 de octubre, a siete días de los comicios, el binomio de Libre 21 también declino aceptando que no tiene posibilidades de llegar a la Presidencia, según encuestas de intención de voto. Agencias