Daniel Matamala es periodista chileno y está cubriendo para CHV Noticias la crisis que se vive en Europa del este. Moverse en un país azotado por la guerra implica momentos complicados ya que la duda está presente siempre ante un posible atentado más allá de las fuerzas oficiales de uno u otro bando.
El sábado Matamala se trasladó con sus compañeros y otros colegas argentinos. En el camino debieron detener sus vehículos ante el control policial y el tema se puso difícil ante los prejuicios de los efectivos de seguridad. De hecho nos les creyeron a pesar de mostrarles credenciales todo tipo de documentación que mostró que eran trabajadores de prensa.
En su cuenta de Instagram, el corresponsal contó lo ocurrido: “Hoy, en uno de los controles de la ruta, la policía nos requisó documentos, cámaras, teléfonos, y nos escoltaron a la comisaría. Los primeros interrogatorios fueron tensos: Es un país en guerra y se sospecha de espías o saboteadores”.
Sin embargo, para la sorpresa de los chilenos hubo algo que calmó los ánimos en los policías ucranianos: “Un policía vio los pasaportes de mis colegas argentinos y, entre un montón de palabras en ucraniano, dijo dos que entendimos: Messi y Maradona”. El policía relacionó la nacionalidad con los dos cracks y ese momento ayudó a calmar los ánimos.
Pero hubo algo más que les evitó terminar en un calabozo. Una imagen que puso punto final a la situación. “Ahí todo cambió. Nuestro gran camarógrafo mostró que tiene, ¡un tatuaje de Maradona en la pantorrilla! “Nos dejaron libres y nos devolvieron los equipos. Nos rescató la mano de D10S”, concluyó. El dibujo del camarógrafo Juan Zamudio muestra a Maradona de espaldas, tirando un taco, una de las postales del Mundial de México 1986 en el que el Pelusa se consagró como el mejor jugador del planeta.
Lo acontecido con Matamala demostró otra vez la fuerte presencia de Maradona en el mundo y que es un ícono que trasciende el fútbol.