A falta de que se confirme la sanción hacia Sergio Ramos tras la expulsión ante Pumas, es casi un hecho que el central español recibirá un castigo duro en los que no podrá ver actividad en contra de Tijuana durante el próximo 29 de marzo y tampoco ante Chivas el cinco de abril venidero, en lo que sería varios encuentros pertenecientes a la Liga MX.
Sergio Ramos 38 años de edad estaba volviendo a disfrutar del fútbol en México tras varios meses sin equipo después de finalizar contrato con el Sevilla el verano pasado, pero ahora está a expensas de una posible sanción que podría alejarle de los terrenos de juego durante un largo tiempo. Capitán del Monterrey desde el primer día, ya ha vivido todas las caras posibles en tierras mexicanas. La alegría de marcar un gol, la tristeza de caer eliminado y ahora también el recibir una tarjeta roja por propinar una fea patada a un rival. Anteriormente ya había dado un codazo fuera de lugar.
De primeras la expulsión por agresión pareció no importarle mucho, pues hizo un post en Instagram mofándose de ello. «Estaba claro que no me iba a ir de esta liga sin una roja».
Pero todo se empezó a torcer para el sevillano con la rueda de prensa del técnico de Pumas (1-3), equipo al que ganaron. «Al mexicano cuando va al extranjero se le exige que sea un ejemplo, en la liga mexicana al extranjero todo se le aplaude, se le mide con una vara diferente, (Sergio Ramos) debía estar expulsado desde el minuto 20’, si lo hubiera hecho un mexicano se quedaban con 10».
Y todas las alarmas saltaron cuando, según ‘TV Azteca’, sus acciones podrían suponer un castigo de hasta 15 partidos para el ex del Real Madrid: «El golpe de Sergio Ramos podría ser evaluado por la Comisión de Árbitros. ‘Si un jugador se emplea o tiene la intención de emplearse con fuerza excesiva o con brutalidad contra un adversario cuando no le está disputando el balón, independientemente de si se produce o no contacto, la acción será considerada conducta violenta’, se lee en la Regla 12 de la FMF». Agencias