Las trabajadoras sexuales de la ciudad de El Alto determinaron ingresar en huelga de hambre indefinida a partir del día de ayer, exigen a las autoridades municipales que las dejen trabajar porque también tienen familia a la cual deben mantener.
La representante de las trabajadoras sexuales, Lily Cortez, reprochó los operativos realizados por la Secretaria de Seguridad Ciudadana de la urbe junto con la Policía, impidiendo que el sector pueda desarrollar su labor como otros sectores. Así también lamentó que se discrimine a las trabajadoras sexuales.
«Lamentablemente en los operativos del capitán Dorian Ulloa hay una discriminación y una vulneración de derechos, esta mañana (ayer) ha hecho una discriminación total, como va a decir que como vamos a presentar un protocolo y con que grado académico, ¿los chóferes tienen un grado académico?, todo es contagio, la que vende salteñas, la comidera, los peluqueros, hasta ustedes, todos tienen contacto directo», manifestó la dirigente.
Ante la necesidad que tienen por trabajar y cubrir los gastos de sus hogares al menos 15 trabajadoras sexuales ingresaron en huelga de hambre en el Centro Regional de Vigilancia Información y Referencia (CRVIR) El Alto y no descartaron asumir otras medidas.
«Nosotras también sabemos comer, capitán Ulloa tenemos derechos. En este momento nos declaramos en en huelga de hambre indefinido», dijo.
A principios de este mes, las trabajadoras sexuales propusieron ciertas medidas de bioseguridad que adoptarían con tal de que las puedan dejar trabajar, como a los demás sectores.
Instalar cámaras de desinfección y limitar a cinco trabajadoras sexuales por local, fueron algunas propuestas que la Organización de Trabajadoras Nocturnas de Bolivia (OTNB) busca aplicar para volver a su fuente laboral.
“Hablamos de instalar cámaras de desinfección y tener un máximo de cinco trabajadoras sexuales en un ambiente, club privado o lenocinio, pero todo esto lo hablaremos con las autoridades”, adelantó Cortez.
Según los datos de la OTNB, en Bolivia hay al menos 70.000 trabajadoras sexuales, de las que 7.000 están en El Alto y hay 17.000 en la ciudad de La Paz. “Nosotras vivimos al día, sino trabajamos no comemos y si les ‘han pescado’ (descubrieron a algunas trabajadoras sexuales) trabajando en alojamientos (de El Alto) fue por necesidad”, insistió la dirigente. Agencias.