Trasladan entierros a provincias por el colapso del crematorio

El costo del traslado de un cuerpo a una provincia oscila entre 4.500 y 5.000 bolivianos. La compra de un lote en un cementerio privado alcanza a 4.500 dólares.

Ante el colapso del horno crematorio del Cementerio General de Cochabamba por el incremento de  personas que perdieron la vida por la Covid-19 o con síntomas de la enfermedad, las familias optaron por llevar los cuerpos de sus seres queridos  a camposantos de provincias o comprar un lote en un cementerio privado. 

“Los cuerpos esperan en los depósitos de las clínicas para ser trasladados al cementerio, esta situación ocurre porque (el camposanto) actualmente está en mantenimiento. Otras personas optan por trasladar a sus seres queridos al parque de la Concordia y  Las Memorias”, explicó el administrador de una funeraria cochabambina que prefirió no dar a conocer su nombre.  “Otros llevan a sus difuntos a algunos municipios donde los familiares obtengan el permiso de enterrar el féretro tres metros bajo tierra”, agregó. 

El director del Cementerio Municipal de Cochabamba, Benedicto Gonzales, dijo a Página Siete que el horno crematorio se encontraba ocupado hasta este viernes (hoy) y que los cuerpos que lleguen en los últimos días serían “rechazados”. Esto se debe a que redujeron de cuatro a dos los servicios diarios, además  deben cremar cada día otros cuatro restos que cumplieron cinco años en el camposanto para habilitar más espacio.

Para trasladar un cadáver a otro municipio, los familiares deben obtener una autorización del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Cochabamba, además deben comprometerse a cumplir con todas las medidas de bioseguridad y cubrir el costo del traslado. “Llegaría a costar entre 4.500 y 5.000 bolivianos el viaje, dependiendo de la distancia”, agregó el trabajador de la funeraria.

El funcionario explicó que cada hospital o clínica tiene un depósito de cadáveres. Contó que todos los cuerpos son  embolsados con todas las medidas de bioseguridad y con nombres para que sean identificados.

Rodrigo Seleme, ejecutivo del Cementerio Concordia, dijo que reciben los cuerpos de personas que fallecieron por la enfermedad y cumplen con todas las medidas de bioseguridad. “Trabajamos con seis personas: uno se encarga de la retroexcavadora, una segunda fumiga con hipoclorito de sodio el vehículo que se utilizó para trasladar el ataúd y las vías que los coches usaron dentro del cementerio. Los otros obreros sacan el cuerpo y lo depositan en la bóveda, que es sellada con cemento. Una vez tapada la bóveda, ingresamos el sarcófago al lote con una retroexcavadora y se vuelve a tapar con la tierra”, explicó.

Este camposanto presta servicio a las personas que ya tienen un contrato, pero también reciben cuerpos “por emergencia”. “El parámetro del costo de un lote oscila entre 4.000 a 4.500 dólares, pero sólo se puede usar el primer nivel como emergencia. En este caso  sólo deben cubrir el 50%, que equivale a unos 2.000 dólares”, explicó.

 Esta situación ocurre porque cada lote permite albergar tres cuerpos y tiene espacio para 10 cenizas. “Tenemos dos hectáreas más, pero tropezamos con la Alcaldía de Colcapirhua para que nos den las autorizaciones correspondientes”, afirmó.

Gonzales, director del Cementerio de Cochabamba, dijo que en el lugar se encuentran seis cuerpos de personas que murieron por Covid-19 o  con síntomas de esta enfermedad que esperan ser cremados entre hoy y mañana. “Seguro mañana (este viernes) por la mañana traerán (más cadáveres)  y se incrementará (el número)”, explicó.

Informó que el mantenimiento previsto para este sábado y domingo  se realizará ahora el domingo y el lunes. “No dejaremos de hacer el servicio, por eso el trabajo de mantenimiento se realizará en el menor tiempo posible. Esta mañana (ayer) ya cambiamos algunos repuestos para no perjudicar a la gente”, dijo.

El horno crematorio comienza a funcionar alrededor de las 6:00. “Vienen de forma directa en una ambulancia, bajan el cuerpo y  lo colocan en una camilla. Así son recibidos (los cadáveres) y acá los metemos al horno. Ni siquiera tratamos de manipular el cuerpo” dijo Gonzales e indicó que buscan reducir al máximo el riesgo de contagio.

En este horno crematorio trabajan dos personas que cuentan con todos los implementos de bioseguridad, que son desechables, estos trajes son incinerados todos los días. Está también prohibido el ingreso de personas o familiares en casos de Covid-19.  Agencias