Jesús Herbas, recio zaguero central del fútbol nacional, campeón con la selección boliviana en el Sudamericano de 1963, falleció en su natal Cochabamba.
‘Pasaba la pelota, pero no el jugador, quien en los 60 y 70 no sufrió el rigor de su marca’, ‘juega con el corazón, es un gladiador en la defensa’, son las frases dedicadas a Herbas, a quien se retrata como un fornido y gigante defensor de los años 60 para adelante.
Herbas nació en Cochabamba el 2 de febrero de 1940, proviene de una familia de futbolistas; sin embargo, él fue uno de los ídolos de Wilstermann, Universitario de La Paz y también jugó en el exterior, en el club peruano Mariano Melgar de Arequipa.
El exfutbolista estaba retirado hace años de la actividad deportiva y solo acudió a eventos públicos relacionados con los recuerdos y homenajes a la selección campeona de 1963.
En La Paz, el gran compañero de cancha y fuera de ella fue el orureño Edgar Quinteros, otro campeñón de 1963, quien lo recuerda como un hombre apasionado por el fútbol.
“Era insuperable en el juego aéreo, en los cabezazos nadie le ganaba. Fue mi mejor amigo y compañero en la selección del 63. Compartimos momentos inolvidables en la cancha y fuera de ella”, dijo el exdefensa Quinteros.
Añadió que en sus momentos libres jugaron bastante pelota de mano en los frontones de la época. “Andamos juntos a todo lado, en la selección y cuando él se vino a La Paz para jugar en Bolívar, donde también hicimos una dupla”, sostuvo.
Destacó que Herbas jugó también en Independiente Unificada de Potosí, Ingenieros de Oruro y se despidió del fútbol jugando en Tránsito de Cochabamba en 1976. Desde Cochabamba, Osvaldo Villarroel, otro campeón sudamericano, también recordó a su compañero y amigo de equipo. Agencias