El presidente Donald Trump prometió restaurar el orden en Estados Unidos tras el mayor estallido de protestas en décadas, ocasionadas por la muerte de un ciudadano negro a manos de un policía blanco y amenazó con desplegar soldados si no cesa la violencia.
Este lunes, hubo destrozos en Washington, banderas estadounidenses en llamas y muros pintados con consignas contra la policía en las inmediaciones de la Casa Blanca. La residencia presidencial quedó a oscuras y el mandatario fue alojado en el búnker.
«Lo que pasó en la ciudad anoche es una deshonra absoluta», dijo Trump desde la Casa Blanca, mientras la policía dispersaba una protesta a metros del edificio.
Trump anunció que desplegará militares en la capital para detener «los disturbios, los saqueos, el vandalismo, los ataques y la destrucción gratuita de la propiedad».
«Estoy enviando miles y miles de soldados fuertemente armados», aseguró y amenazó al resto de ciudades que si no toman decisiones para frenar las protestas va a desplegar al ejército estadounidense para «arreglar rápidamente el problema».
Poco después de que la policía despejara a los manifestantes apostados fuera de la iglesia de Saint John, un histórico edificio cerca de la Casa Blanca dañado el domingo al margen de la protesta, Trump caminó hasta el lugar y se dejó fotografiar con una Biblia en la mano.
Mientras tanto, los alcaldes de Washington y Nueva York decidieron ampliar el toque de queda. En la capital comenzó el lunes a las 19:00 hora local, aunque decenas de manifestantes fueron arrestados por violar la medida.
En Nueva York, la restricción comenzará este martes a las 20:00 hora local debido a los saqueos registrados. Agencias