El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibe hoy s en la Casa Blanca a su homólogo de México, su «amigo» Andrés Manuel López Obrador, en medio de críticas en ambos países azotados por la pandemia del coronavirus.
«Será una gran reunión. Es un buen hombre. Es amigo mío. Y tenemos una gran relación con México», dijo Trump horas antes del encuentro.
AMLO, como se conoce al presidente mexicano por sus iniciales, también se mostró entusiasmado al emprender su primer viaje al exterior en 18 meses de gobierno. «Quiero mantener una buena amistad con Estados Unidos, eso es lo que nos conviene», afirmó. Atrás parecen haber quedado los epítetos que marcaron las campañas electorales de ambos.
En 2016, el republicano Trump llamó «violadores» y «criminales» a los mexicanos y prometió levantar un muro para impedir su ingreso a Estados Unidos. En 2017, en su libro «Oye, Trump», el izquierdista López Obrador consideró una «canallada» la retórica antiinmigrante de su par estadounidense, que comparó con la de Adolf Hitler.
Pero ahora los dos quieren celebrar la entrada en vigor hace una semana del T-MEC, la nueva versión del acuerdo de libre comercio norteamericano de 1994. Para Trump es una promesa electoral cumplida; para AMLO es la apuesta para impulsar la economía mexicana en recesión.
«Esta relación bilateral diría que es la más fuerte entre Estados Unidos y México», dijo el martes a periodistas un alto funcionario de la administración Trump, que consideró «significativo» que AMLO prevea depositar ofrendas florales ante los monumentos de Abraham Lincoln y Benito Juárez, dos expresidentees que mantuvieron «una muy respetuosa y fuerte relación» en el siglo XIX.
- «No muy feliz»
Pero la visita de trabajo, que incluirá un mano a mano en la Oficina Oval, un encuentro ampliado entre ambas comitivas y una cena con una decena de poderosos empresarios de México, entre ellos Carlos Slim, el hombre más rico del país, ha generado polémica.
«El momento de la visita no es muy feliz, tanto por la pandemia –los casos están en aumento en ambos países– como por las elecciones en Estados Unidos, para las que faltan solo cuatro meses», dijo a AFP Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano con sede en Washington.
A pesar de las ansias de Trump de pasar la página de la covid-19, Estados Unidos es el país más afectado del mundo, con más de 131.000 muertos, y el martes registró el mayor número de decesos diarios. AMLO también lidia con el avance del coronavirus en México, quinto en el mundo por número de fallecidos (más de 31.000).
Trump, que busca la reelección en noviembre, aparece en las encuestas unos nueve puntos en promedio por detrás de su rival demócrata Joe Biden. «No voy yo a hacer política partidista», aseguró AMLO días atrás al indicar que no se reuniría con Biden.
Para muchos, sin embargo, su cita con Trump es un «espaldarazo electoral» al magnate republicano. Así lo dijo el excanciller mexicano Jorge Castañeda (2000-2003), que tildó de «innecesaria» la visita de López Obrador.
Una decena de miembros hispanos del Congreso estadounidense denunciaron que el encuentro solo busca «desviar la atención del coronavirus» y ocultar la «incapacidad» de Trump de responder «adecuadamente» a la pandemia.
En una carta el martes, el demócrata Bob Menéndez, miembro de alto rango del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, exhortó a Trump a aprovechar esta instancia para «abordar los desafíos que enfrentan las dos naciones», por la covid-19, la inmigración irregular, la seguridad y el narcotráfico.
- Una primicia
AMLO aseguró que el foco es el comercio. Pero incluso como celebración del T-MEC, la fiesta parece aguada por la ausencia de Canadá. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que no se sumaría al brindis, tras insinuar su preocupación por la posibilidad de que Estados Unidos imponga aranceles al aluminio canadiense.
Además del tema migratorio -que en relación con México incluye el drama de cientos de miles de jóvenes llegados ilegalmente de niños y amenazados de deportación por la intención de Trump de derogar el decreto DACA que los ampara-, otro espinoso asunto puede estar sobre la mesa: Venezuela.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, dijo la semana pasada que espera que la visita de AMLO impulse a México a «hacer más» por la democracia en el país sudamericano, cuyo mandatario, Nicolás Maduro, Washington desconoce. Pero bajo AMLO, México ha insistido en que no intervendrá en los asuntos internos de otras naciones.
Antes de aterrizar en Washington, la visita ya generó una primicia: en vuelo de línea por su política de austeridad, el presidente mexicano fue visto por primera vez en público con tapabocas, una imagen que aún no se tiene de Trump.