En medio de llanto e impotencia, familiares y amigos de Valentina Usseglio, la acompañaron en un cortejo fúnebre para darle el último adiós.
La primera víctima de feminicidio fue enterrada en medio del dolor de su familia, su desconsolada madre abrazó su ataúd por última vez, antes de despedir a su hija de tan solo 22 años.
Su familia leyó una carta en la que la recuerdan como alguien única y alegre.
“Tu apacible y tierna presencia abría corazones y hacen olvidar cualquier momento triste o de sacrificio, cuando estabas bajo mi techo fue una alegría y bendición el participar de tus dones espirituales que Dios le dio, tus pícaras e inteligentes respuestas estuvieron llenas de humor que frenaba mis intenciones de ser una figura paterna para ti, pero me llenaba de alegría ver tu integridad y me decía que solo hay una valentina en esta tierra», decía la misiva de despedida.
Durante el velorio de la joven, que estudiaba gastronomía y soñaba con ser chef, su madre califico de criminal a su feminicida.
“A este tipo lo considero un criminal, más que eso, no sé, ¿cómo una persona puede una muerta a su lado más de 72 horas? Mi hija ha estado más de 72 horas muerta a su lado y realmente me rompe el corazón”, dijo.
Randy Escalera, su feminicida, llevó a la joven a un hostal este pasado jueves, donde horas más tarde le quitaría la vida y permanecería en el cuarto por tres días junto al cuerpo de su víctima.
Tras someterse a un proceso abreviado, fue sentenciado a 30 años de prisión en su audiencia desarrollada en el Hospital Viedma, de donde fue dado de alta y trasladado hasta la cárcel de El Abra, centro carcelario donde purgara su sentencia.