Una mujer de 59 años quemó y mató a su esposo de 80 con caramelo hirviendo porque se enteró que este violó a sus hijos cuando eran pequeños.
La ciudadana inglesa Corinna Smith, de 59 años, llenó un cubo de su jardín con agua hirviendo y añadió tres bolsas de azúcar, obteniendo así especie de caramelo, un líquido viscoso. Mientras su marido, Michael Bines, de 80, dormía en su casa conyugal en Cheshire, Gran Bretaña, le arrojó el preparado en el pecho y los brazos. Le causó quemaduras en el 36% de su cuerpo y finalmente la muerte.
El Tribunal de la Corona de Chester la acaba de condenar a prisión perpetua, tras desatender su argumento de que el hombre violaba a sus hijos, informaron fuentes judiciales a la prensa internacional. El fallo ordena que, por más que tenga buena conducta y se ajuste a programas de beneficios para convictos, debe purgar un mínimo de 12 años de encierro.
La mujer, el 15 de junio último, había sido encontrada culpable del asesinado por ese alto estrado judicial, que había quedado en difundir la sentencia final en esta fecha.
El día inmediatamente anterior a que Corinna tomara la decisión de armar el brebaje mortal para quitarle la vida a su esposo, los vecinos del matrimonio obsvaron que la mujer estaba comportándose de una manera extraña, que se encontraba muy nerviosa. La ciudada inglesa había escuchado un rumor sobre su esposo que la había sacado de quicio, que no se conoció públicamente ni se ventiló en la Justicia.
«Tirar agua hirviendo sobre alguien cuando está dormido es absolutamente horrible. También mezclar tres bolsas de azúcar con el agua demostró la determinación que tenía de causar un daño grave”, enfatizó en su momento el inspector jefe Paul Hughes, de la Dirección de Crímenes Mayores de la Policía de Cheshire.
El experto, en declaraciones a la prensa, sostuvo que «Smith mató a su esposo Michael de una manera dolorosa y cruel», para espificar luego que “el azúcar se vuelve más espesa y pegajosa, y se hunde mejor en la piel».