En menos de 24 horas Bolivia fue golpeada por la noticia de dos feminicidios que estremecieron a todo el país. Existen similitudes en ambos casos, no solo porque fueron encontradas sin vida tras varios días de búsqueda, sino también porque sus victimarios, por lo que dice la Policía, tuvieron un vínculo sentimental con ambas.
El 6 de marzo, Valeria Mercado, una joven madre fue reportada como desaparecida por su familia. Había salido de su domicilio en Cochabamba para viajar a La Paz, donde debía encontrarse con José Luís A, su expareja y padre de su hijo, con quien iban a celebrar el cumpleaños del menor.
Durante más de 20 días la Policía buscó sin encontrar rastros de Valeria, hasta que finalmente encontraron su cuerpo que había sido metido a un tanque de agua. Murió por asfixia mecánica.
El sábado la Policía informó que había esclarecido la desaparición de Wilma Fernández, una boliviana que había llegado de Londres en febrero. Salió de su domicilio el 22 de marzo y desde entonces no se sabía nada de ella, hasta el sábado por la tarde.
Un grupo de uniformados y bomberos se trasladaron a la antigua carretera a Coroico y en un barranco cerca de Chuspipata fue hallado el cuerpo, envuelto en bolsas de yute. También murió por asfixia mecánica.
La Policía presentó a José Luís A. como el autor del asesinato de Valeria. El hombre que en el pasado tuvo una relación sentimental.
Algo similar ocurrió con el caso de Wilma. Jashiro H., quien en el pasado sostuvo una relación sentimental con la víctima, fue presentado como el autor de su feminicidio.
“Aquí nos quedamos con un pedacito de ti, te prometemos cuidarlo (a su hijo) y su mamita será su ángel desde el cielo. Te amamos princesa y haremos justicia, tengo un compromiso contigo y voy hacer justicia”, manifestó solloza una familiar de Valeria durante su entierro.
En cambio, desde este domingo se lleva adelante el velorio de Wilma. La familia pide la pena máxima para el asesino. Sin embargo, aunque ya haya un autor confeso, la Policía no descarta que hayan más implicados en el caso. “Wilma era una buena mujer, solo que nunca tuvo suerte en el amor”, dijo una de sus amistades. Agencias