En lo futbolístico el total y único responsable de la humillación que sufrió la selección boliviana de fútbol en Brasil y en nuestra casa ante Argentina, es el venezolano César Farías, quién en su momento se creyó dueño de la selección dejando a los mejores PORQUE ÉL ASÍ LO QUISO fuera de estos dos partidos y convocando a futbolistas que ni suplentes eran en sus equipos, exponiendo al otrora ‘equipo de todos’ a esta vergüenza internacional, que a un boliviano bien parido en esta hermosa tierra le duele y mucho, pero a este señor, diera la sensación que poco o nada le interesa.
Pero no solo Farías es culpable de esta humillación, aquí también la dirigencia nacional, desde el ejecutivo federativo, a los presidentes de los clubes y las asociaciones, quienes con el espeluznante y asqueroso circo que provocan en lo institucional, colaboran para que seamos el hazme reír a nivel internacional.
El aficionado boliviano no solo exige explicaciones coherentes, que no las hay, el hincha pide que todos estos se vayan y se realice una reestructuración total del fútbol boliviano, algo casi menos que imposible, pues estos grupos de poder jamás cederán un centímetro de lo que creen les da el control de hacer y deshacer en el balompié nacional.
ARGENTINOS HACEN HISTORIA DESPUÉS DE 15 AÑOS
Sonrió la Argentina en La Paz. Tras ir perdiendo en el inicio del juego, el seleccionado albiceleste se impuso 2-1 frente a Bolivia y sumó su segundo triunfo en las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial Qatar 2022. Marcelo Martins abrió el marcador, pero Lautaro Martínez y Joaquín Correa marcaron para darle la victoria al equipo de Lionel Scaloni en el estadio Hernando Siles. Una historia que se inició 48 horas antes del partido y terminó con un gran éxito que rompió prejuicios, esquemas y rachas.
El cuerpo técnico argentino quemó todos los libros para ganarle a Bolivia como visitante, una tarea que no se cumplía desde hace 15 años. Tras un primer tiempo con dificultades, lavó la imagen inicial, se recuperó, basó su juego en sus figuras y consiguió un trabajado triunfo por 2-1.
El duelo estuvo lejos de ser fácil o accesible para la visita, a pesar de la abismal diferencia de talento entre los planteles. Y los primeros 45 minutos terminaron siendo un laboratorio de prueba para entender lo que había que hacer en el complemento. A pesar de que en el parado inicial la Argentina se posicionó 4-3-3, el esquema que estuvo en funciones desde el primer minuto fue un 4-4-1-1 que mutaba a un 4-4-2 según la posición de Lionel Messi y Lautaro Martínez, los únicos delanteros.
Las deficiencias de la visita le ofreció a Bolivia facilidades para atacar, al punto tal que la apertura del marcador llegó a los 24 minutos: Diego Wayar salió con la pelota en el área y abrió con Alejandro Chumacero, quien recorrió toda la banda izquierda desde su campo con total libertad y envió un certero centro a la cabeza de Martins, muy bien ubicado a la espalda de Martínez Quarta. Una jugada tan evitable como problemática.
Exequiel Palacios del Bayer Leverkusen fue el jugador que mejor entendió el partido. De sus pies surgieron las acciones más peligrosas de los argentinso. Y así llegó el empate, después de dos remates de Leandro Paredes de media distancia que se fueron desviados. En un contragolpe, Palacios encabezó el ataque y asistió a Lautaro Martínez, quien desbordó, tiró un centro atrás errático y luego tapó el despeje de José Carrasco. La fortuna estuvo de su lado porque la pelota venció a Carlos Lampe y el atacante de Inter de Milan marcó el 1-1.
Además de la categoría de Palacios, la sociedad Messi-Lautaro en ataque terminó siendo la llave del triunfo. Y a los 34, se combinaron para dejar en soledad a Joaquín Correa, quien había ingresado para jugar la última media hora en lugar de Ocampos y terminó siendo la salvación: con fuerte zurdazo, marcó su segundo gol. Los de Scaloni estuvieron más cerca de marcar un tercer gol, pero logró cerrar un triunfo trabajado que termina siendo merecido.
Del balance futbolístico de la selección boliviana, no tuvo argumentos suficientes para poder llevarse el triunfo, una defensa y una segunda línea que jugaba desordenada, y la última línea tuvo poca presencia, lo peor fue que el técnico Farías no tuvo la capacidad de buscar una solución en el segundo tiempo al cerrojo que le pusieron los argentinos, más al contrario, realizó cambios totalmente erróneos, eligió mal desde el principio, pues por ejemplo, era inútil tenerlo a Saucedo de centro atacante ya que en el primer tiempo apenas cabeceó una sola vez, pero el técnico no percibió eso y tardó en tomar decisiones.
Hubo varios errores conceptuales que Farías nunca se dio cuenta, los mismos que se cometieron ante Brasil y que ante Argentina se volvió a caer en lo mismo.
Lo real y según los datos de las últimas Eliminatorias después de clasificar al mundial del 94, es que Bolivia ganando todos sus partidos de local tiene el 97 % del pase asegurado a un mundial, pero tras esta derrota ante Argentina, como jugamos y siendo muy realistas, después de ayer será otra Eliminatoria de pura frustración.