Se llama Máxima Ramírez Foronda, tiene 77 años, y desde hace unas semanas pernocta donde puede, a veces en el surtidor, o en la puerta del módulo educativo, sobre unas llantas, también donde algún vecino que se compadece. La adulta mayor se ve en apuros después de que su vecino, con el que colinda, Virgilio Araúz, la desalojara de su casa, y según ella, también le quemara sus pertenencias.
Dice que vive en ese lugar hace más de 30 años, y que desde hace tiempo es amedrentada por Araúz, a quien acusa de echarle agua, amenazarla con cuchillo, y decirle «vieja p…».
Mario Illampa, presidente de ese barrio, aseguró que la señora vive en ese lugar por más de tres décadas, y que ya tiene el derecho de posesión. «El vecino vive al lado, es colindante, parece que quiere agrandar su terreno. Yo estaba de viaje cuando pasó todo, recién he llegado, pero hemos acudido a varias autoridades y dijeron que no es su competencia. Ella se busca la vida, vive de reciclar botellas, papeles, etc.», lamentó.
Eduardo Zuna, otro dirigente de barrio, aseguró que Araúz tiene atemorizada a la señora.
«Le han sacado sus cosas, pese a que ya tenía ella un documento de garantía con él, en la Fiscalía, cuando estaba el doctor Candia. Nadie quiere ayudarla, ya acudimos a varias autoridades y nada», suspiró.
Zuna explicó que el argumento para sacar a la señora es que apareció un supuesto nuevo propietario, y la desalojaron sin orden judicial. Enfatizó que ese derecho propietario está en duda, y que ella tiene la posesión, los medidores de servicios básicos a su nombre, y el testimonio de los vecinos.
«Y ahora, con el abuso de esta familia la desalojaron, aprovechando que vive sola y es adulta mayor. Aquí no hay ni la Defensoría del pueblo, ni Derechos Humanos, ni todos los que dicen que trabajan por los adultos mayores», criticó. Agencias