Las víctimas aseguran que nunca recibieron ni siquiera un solo papel desde que compraron, solo promesas incumplidas de arreglos.
Mientras tanto, la investigación confirma que «todas las urbanizaciones carecen de agua y luz, a pesar de haber empezado a venderse hace 9 años».
Inicialmente fueron cuatro compradores, los que se armaron de valor y denunciaron la estafa, afirman haber pagado a Los Portones por lotes que nunca les fueron entregados. Según la investigación policial, los lotes fueron adquiridos en 2013, 2015 y 2017, todos vendidos por la empresa Ciudad de Los Portones, ubicados en las urbanizaciones Playa Motacú, Itavera y Praderas del Urubó.
Las víctimas denuncian haber sido estafadas y señalan como responsables del presunto delito a Pedro Antonio Gutiérrez Figueroa, propietario, y a 4 miembros de la empresa.
Cada día aumentan las denuncias por estafa contra Gutiérrez.
Las víctimas compraron el sueño de vivir en un paraíso ofrecido bajo el nombre de Los Portones Del Urubó y pagaron más de 20.000 dólares por los terrenos. Han pasado más de 10 años y Constructora Del Urubó SA, propiedad de Pedro Antonio Gutiérrez Figueroa, no ha cumplido ni con los terrenos ni con los papeles de propiedad.
El silencio de los representantes de Constructora Del Urubó SA y de su propietario principal aumenta los temores de las víctimas, que creen que están intentando evitar la justicia.La última jugada de Portones del Urubó es intentar que el proceso judicial por la presunta estafa pase de la vía penal a la civil. Las víctimas quieren ver Gutiérrez tras las rejas, pero con esta última jugada, su dinero y los terrenos que compraron están en manos de un juez.
Pedro Antonio Gutiérrez Figueroa, propietario de Constructora del Urubó, presentó una «excepción de incompetencia en razón a la materia», alegando una «injusta y maliciosa denuncia por el supuesto delito de estafa», aunque hasta la fecha no ha dado la cara públicamente para explicar qué sucedió con las urbanizaciones.
Fernando Villarroell, abogado de las víctimas, aseguró: “Ellos pretenden enviar el caso penal a la vía civil para que sus delitos queden impunes”.
Les ofrecieron un proyecto que nunca se urbanizó. No hay agua, luz ni pavimento. Nunca recibieron los papeles y, lo peor de todo, aunque reclamaron, jamás les devolvieron su dinero.
¿Qué pasó con Los Portones? ¿Dónde está el dinero pagado? ¿Es esto una estafa? Son algunas preguntas que se hacen las víctimas y que hasta ahora Constructora Del Urubó y su propietario Pedro Antonio Gutiérrez Figueroa no han respondido.
A las víctimas locales se suman otras desde Estados Unidos, España e Inglaterra, todas con historias similares. Enviaron miles de dólares que pagaron por algo que resultó ser monte y calles de tierra sin futuro.
«Creo que me estafaron», dijo Elizabeth en una llamada telefónica, una de las compradoras que vio a través de un video de su hermano que su urbanización es solo selva.
El modus operandi más conocido por empresas que venden lotes y estafan suele ser el siguiente: te muestran el lote y, si te interesa, te piden un anticipo para reservarlo. Luego llevan a otras personas y vuelven a solicitar un anticipo de reserva por el mismo lote.