Venezuela goleó esta martes a Chile por 3-0 y sumó tres puntos de oro que alimentan su sueño de disputar en 2026 por primera vez un Mundial de fútbol. Yeferson Soteldo anotó el primero en el descuento del primer tiempo (45+1) y asistió de forma espectacular para Salomón Rondón, máximo goleador de la Vinotinto, marcara a los 72 y Darwin Machís cerró la cuenta a los 79.
La mano del Bocha Batista, sumada a ese empate heroico del jueves pasado contra Brasil como visitante, cambiaron casi por completo a ese equipo débil y acostumbrado a salir en los últimos puestos en las Eliminatorias pasadas (nunca fueron a un Mundial): esta goleada a Chile, rival directo por uno de los seis lugares y medio, es la confirmación de un gran momento, que incluye una idea clara de juego e individualidades determinantes…
Ante un equipo de Berizzo que tiene mucha posesión (terminó 60% a 40% con uno menos) pero le cuesta trasladarla en situaciones claras, la Vinotinto planteó un partido inteligente que salió a la perfección: bien parado, les liberó el primer pase a los defensores chilenos y apretó en la mitad de la cancha, desde donde construyó casi todo el peligro a partir de pases buscando el espacio y la velocidad de los punteros. Fundamentalmente de Soteldo, quien estuvo absolutamente imparable y fue clave en el resultado.
Con un Rondón que también firmó una buena noche a puro despliegue (salió extenuado) y con un gol, ese grave error de Paulo Díaz en la salida sobre el final del primer tiempo empezó a sepultar las esperanzas de una Chile frágil y que había tenido unos buenos 10’ iniciales. Quien la terminó de hundir fue Núñez, haciéndose expulsar infantilmente 15’ después de haber ingresado en el entretiempo: a partir de ahí, Venezuela se dedicó a tener la pelota (bien Martínez en el medio y liquidar la historia para desatar la locura de la gente. Con muchas plazas, un juego casi inédito en su historia y tres puntos menos en cuatro fechas que en todas las Eliminatorias pasadas, ¿quién les saca la ilusión de ir a su primer Mundial?