En las estrellas pobres en metales predomina la radiación UV-C, lo que permite la formación de una densa capa de ozono. En las estrellas pobres en metales predomina la radiación UV-C, lo que permite la formación de una densa capa de ozono.
Los planetas que orbitan alrededor de estrellas con menos “metales”, término que designa los elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, podrían inesperadamente tener condiciones más favorables para la aparición de vida compleja que los mundos albergados por estrellas ricas en metales, según un estudio que publica Nature Communications. La investigación de científicos alemanes señala que la composición química de una estrella influye mucho en la radiación ultravioleta que emite al espacio y, por lo tanto, en las condiciones para la aparición de vida en su sistema.
Un equipo del Instituto Max Planck de Investigación del Sistema Solar y de Química, así como de la Universidad de Gotinga también sugiere que a medida que el universo envejece, “se hace cada vez menos propicio a la aparición de vida compleja en nuevos planetas”. La metalicidad de una estrella está relacionada con la capacidad de sus planetas para rodearse de una capa protectora de ozono, que es un requisito previo importante para la aparición de vida compleja.
Estrellas pueden albergar vida
El estudio proporciona así a los científicos que buscan en el cielo sistemas estelares habitables importantes sobre dónde este empeño podría ser especialmente prometedor. Con ayuda de simulaciones numéricas, el estudio se centra en el contenido de ozono de las atmósferas de los exoplanetas. Ese compuesto puede proteger la superficie del planeta (y las formas de vida que residen en ella) de la radiación ultravioleta (UV) que daña las células.
“Queríamos entender qué propiedades debe tener una estrella para que sus planetas formen una capa protectora de ozono”, dice Anna Shapiro, del Max Planck y una de las firmantes del estudio. El equipo se centró en las estrellas que tienen exoplanetas y que en su superficie las temperaturas oscilan entre 5.000 y 6.000 grados, un grupo al que pertenece el Sol.
Influencia de la metalicidad
Los investigadores calcularon exactamente qué longitudes de onda componen la luz ultravioleta emitida por las estrellas y, por primera vez, también tuvieron en cuenta la influencia de la metalicidad. Esa propiedad describe la proporción entre el hidrógeno y los elementos más pesados (metales) en el material de construcción de la estrella. En el caso del Sol, hay más de 31.000 átomos de hidrógeno por cada átomo de hierro. En el estudio también se consideraron estrellas con menor y mayor contenido en hierro.