La cárcel de Palmasola, la más poblada del país, abrió las puertas de todos los pabellones para que los internos reciban visitas, pero aplicando las normas y cumpliendo los procedimientos de bioseguridad para evitar contagios del Covid-19.
El gobernador de la cárcel de Palmasola, coronel Luis Fernando Céspedes, expresó que, como nunca antes, se logró una coordinación cordial con la misma población penal, en paz y con respeto, desechando aquellas dudas.
Después de casi seis meses de la cuarentena y confinamiento rígido por la pandemia, el 7 de octubre, por decisión de las autoridades penitenciarias, se abrieron las puertas a las visitas.
Inicialmente solo fue al pabellón de régimen abierto, conocido como PC-4 y al de mujeres, que fue encapsulado tiempo después. El último que se abrió fue el sector B de Chonchocorito.