Fue encontrada en su cuarto en medio de cosas que había acumulado con los años, entre heces de ratones que llegaron producto de la suciedad por la falta de limpieza, llegó a dormir incluso en las calles pese a tener familia.
Doña Margarita es viuda de un benemérito que falleció hace algunos años atrás, no tiene hijos pero tiene hermanos y sobrinos que no vieron por ella.
Los vecinos aseguran que no sabían qué hacer con ella. “Hemos querido internarla ponerlo en algún lado pero no nos han dejado porque tenía familia, está enferma mal a tal extremo que tenemos fotos duerme en la calle teniendo un cuarto”, explica el propietario de la vivienda que lamento el abandono de la ancianita.
Una vez sentada la denuncia la Jefatura de adulto mayor de Quillacollo verificó que en efecto la adulta mayor vivía en situación de indigencia.
Contactaron a sus sobrinos quienes hicieron compromisos que no cumplieron, por lo que el caso fue remitido a la fiscalía. Uno de ellos incluso es apoderado de su cuenta de banco.
“Lo más triste y lo que yo más reprocho es que habiendo una cuenta del adulto mayor un monto alto de dinero en depósitos bancarios no solamente ella una cuenta mancomunada a otra persona más hayan permitido que viva en esta situación de indigencia”, lamentó Blanca Rollado responsable de la jefatura, dando a conocer que doña Margarita no tendría por qué vivir en medio de la terrible situación en la que fue encontrada.
Rollano explica que la ancianita no confía en nadie, que los primeros acercamientos fueron difíciles, recibieron ayuda de un sacerdote que la convenció para que pudiera ser llevada a un centro de salud.
Después de ser persuadida doña Margarita fue internada recibe atención médica. A sus 78 años ella manifestó que no desea ser llevada en un asilo por lo que buscan algún garzonier o casita en anticrético donde podría vivir acompañada, ya que cuenta con recursos económicos.
La ancianita presenta desnutrición, pero es coherente en sus ideas informó la autoridad.