Entre gallos y medias noches, en las últimas sesiones de la saliente legislatura, el Movimiento Al Socialismo apuró la modificación de 11 artículos del Reglamento de Debates del Senado, sustituyendo el requisito de 2/3 por el de mayoría absoluta para decisiones cruciales en el funcionamiento parlamentario. Para este miércoles, se apresta a hacer lo propio con el Reglamento de la Cámara de Diputados.
Poder absoluto en las Cámaras
Con este cambio arbitrario en las reglas de juego, el masismo podrá ratificar los ascensos a generales en las Fuerzas Armadas y en la Policía sin necesidad de una mayoría calificada, los nombramientos de embajadores, el orden del día en las sesiones legislativas, la conformación de comisiones especiales, la ratificación de confianza a los ministros en las mociones de censura y el tratamiento de leyes por tiempo y materia.
El MAS no recibió 2/3 del voto popular
Con este tipo de prácticas vuelve el abuso de poder que conocimos en el régimen de 14 años, esta vez con una grave distorsión del resultado electoral del 18 de octubre, ya que el MAS no recibió 2/3 del sufragio popular, pero tendrá la hegemonía legislativa equivalente a esa votación.
Igual que en la Constituyente
La maniobra nos trae a la memoria aquella otra, realizada en el 2006-2007 en la Asamblea Constituyente, donde se trampeó el mecanismo de 2/3 establecido en la Ley de Convocatoria, mediante un Reglamento de Debates que establecía la mayoría absoluta para casi todo el proceso de elaboración de la nueva CPE. El MAS habla de renovación pero recicla las mismas viejas mañas.
Rodillo parlamentario
El masismo prepara, por lo tanto, un rodillo parlamentario, rehaciendo las reglas a la carta, a su medida, obviando que un Reglamento de Debates debe contemplar equilibrios y consensos entre mayorías y minorías.
Puede traer más división
La medida representa un muy mal comienzo para lo que se buscaba plantear como una nueva etapa. Se reincide en la negación del Otro, de la mitad de los bolivianos que no votaron por el Movimiento Al Socialismo y cuyos representantes quedarán reducidos a una función ornamental.
No habrán votos de oro
Si existió un acuerdo tácito entre el MAS y los especuladores electorales que dividieron a la oposición en busca de los “votos de oro” en el Parlamento, puede decirse que con esta jugada los segundos resultaron burlados. Eso sería lo de menos para la democracia boliviana. Agencias