Yuri Ortuño, cantante y compositor, reconocido a nivel nacional e internacional confesó a LA VOZ que si no elegía el camino de la música se hubiese dedicado a la gastronomía, pues el arte culinario es uno de sus pasatiempos favoritos, y es así que el mes de febrero, haciendo gala de esta pasión, presentará un nuevo disco que calificó como una “ensalada” de ritmos y sentimientos.
Es una de las mejores voces que tiene el país, es imposible no recocer la potencia y el sentimiento de esta, una caricia auditiva para quienes aman la música y precisamente para todos ellos la buena noticia es que después de tres años Yuri lanza un nuevo disco con 12 canciones plagadas de hermosas melodías del folclor nacional.
Además, al a ser un romántico empedernido eligió temas de amor, desamor, amistad, canciones con contenido social, mensajes que llaman a la unión de los bolivianos, uno de las composiciones está dedicada a su hijo Yuri Mijail.
“Otras canciones son de ánimo y esperanza para la gente en este tiempo tan duro, he tocado ritmos que representan nuestra bolivianidad”, expresó.
Las melodías abarcan todas las regiones del país, pues como Yuri afirmó es un boliviano recalcitrante que ama su tierra y esto se hace evidente en el recorrido musical que conlleva este álbum ya que, desde caluyos, cuecas, taquiraris hasta tobas están presentes.
Resaltó que el trabajo se hizo de forma conjunta con su coproductor y hermano Eduardo Yañez, su hijo Yuri Mijail y todo el equipo que los acompaña. Un trabajo que considera prolífico musicalmente, pero sobre todo lleno de mensajes de amor, paz y unidad. Después de cuatro años desde su último lanzamiento, este disco promete ser una selección pensada para todos sus seguidores. “Hay una canción que se llama ‘No Tengas Miedo’ que, nos anima a vivir estas situaciones tan terribles, llenos de amor, esperanza y fe”, sostuvo.
No solo estarán presentes las composiciones sino también algunas reediciones como ser la “Ruleta del Destino”, un taquirari de Godofredo Núñez, una canción que dice: “Como es la vida tan cruel que nos hace vivir de ilusión un año se pasa feliz y otro nos destroza el corazón”.
Yuri explicó que esta canción lleva a pensar en la situación por la que atra[P1] viesa el país y el mundo a causa de la pandemia, pues muchas personas han llegado a perder familiares y amigos.
El lanzamiento será antes del 25 de febrero coincidiendo con las fiestas de Carnaval.
UNA VIDA HACIENDO MÚSICA
Yuri inició haciendo música de forma empírica a los 10 años y su primera presentación importante fue cuando tenía 12 en un festival de Oruro, desde aquella vez han pasado 46 años, casi medio siglo, y nunca se alejó de su pasión y vocación.
Ha pisado escenarios del todo el mundo y ha dejado en alto el nombre de Bolivia con su voz privilegiada que sumado a su sencillez y carisma hacen de Yuri Ortuño uno de los músicos más queridos del país.
No tuvo una niñez normal, mientras sus amigos disfrutaban de los juegos, amistades y escuela Yuri estaba en presentaciones, giras, programas de televisión y radio, formando una carrera que le hizo cosechar muchos éxitos; sin embargo, aseveró que no fue un camino fácil, sino lleno de dificultades que supo vencer gracias al apoyo de su familia.
RECORRIENDO EL ARTE
Yuri Ortuño, no solo recibió su voz como una bendición de las musas del arte, sino también tiene la capacidad para componer canciones cargadas de sentimiento, toca algunos instrumentos y recientemente descubrió que también tiene talento para la narrativa.
El pasado año incursionó en el mundo literario con su novela autobiográfica, “Como Duele el Corazón”, en ella refleja el camino del artista, los tropiezos, las satisfacciones y esos capítulos más picarescos que simplemente muestran lo que ya se conoce de la vida de un músico.
“He recibido opiniones muy positivas, he tenido un inusitado éxito. Dios mediante tendremos la segunda edición el mes de febrero con la editorial Nuevo Milenio”, señaló.
En relación a su anhelos y sueños dijo que ya cumplió sus metas y ahora disfruta y se realiza a través de sus cuatro hijos y 10 nietos que espera continúen con su legado y amor por el arte en todas sus expresiones. (Priscila Pinell).