Agencias
El pollo es una de las carnes más dañinas para la salud por el uso de muchas sustancias tóxicas que utilizan para rellenarlos y los métodos de crianza que usan desde que los pollos nacen hasta que son preparados para su venta.
Cada uno de estos procesos le pone un grado de toxicidad más hasta que el pollo se vuelve, literalmente, más dañino que una cajetilla de cigarros. Explicaremos uno a uno los procesos químicos a los que la industria avícola somete a los pollos, comenzando por la famosa ‘carne mejorada’ que en realidad es un fraude altamente tóxico para nosotros, prácticamente, todos los pollos que venden en cualquier supermercado son inyectados para que pesen más al llegar a la báscula y pagues más por el peso, así que lo que compras que no es 100% carne, pero, ¿qué es lo que les inyectan a los pollos exactamente?
A pesar de que en países como México más de 30 millones de personas sufren presión arterial alta y que las enfermedades cardiacas son una de las principales causas de muerte, la industria avícola inyecta un compuesto en los pollos que lleva entre otras cosas sodio, a esta práctica se le conoce como “relleno” o “plumping”, que consiste en inyectar sodio o agua salada, entre otros aditivos sumamente tóxicos en los pollos y en otras carnes. También les inyectan arsénico, que es una sustancia química tóxica que causa el cáncer, y es mortal en dosis elevadas. Esto comenzó en la década de los 70 y curiosamente los casos de hipertensión en el mundo se dispararon, inyectar a los pollos con sal y otros compuestos no solo ha implicado un alza en problemas crónicos de salud, también es un robo descarado para todos los que compramos un kilo de pollo cuando en realidad son solo 800 o 700 gramos lo que nos venden, ya que, el relleno o plumping llega a representar el 30% del peso del pollo.
Dicho de otra forma, este famoso plumping nos cuesta al menos 2 mil millones de dólares al año, ante lo cual la industria cárnica se defiende diciendo que el relleno hace que el pollo sepa más sabroso, pero eso es falso y la única razón por la que lo hacen es por aumentar sus ganancias de una forma fraudulenta que nos está enfermando.
Pero no es solamente sal lo que contiene el relleno, esta agua salina también lleva químicos añadidos para eliminar el sabor que le queda a la carne de pollo después de que lo lavan con cloro, la razón por la que todos los pollos son sometidos a un baño de cloro antes de ser rellenados es para eliminar todos los patógenos que tiene la carne de pollo por la forma en la que fueron criados y alimentados para engordarlos en un tiempo sumamente rápido.
La vida de un pollo es una agonía constante desde que nace, por naturaleza los pollos son animales curiosos, sociales e inteligentes, pero en las enormes granjas industriales en las que son criados, los pollos se amontonan por miles en inmensas galeras oscuras que se dividen con espacios reducidos para cada pollo y como están hacinados en múltiples niveles, usualmente están cubiertos de desechos fecales que caen de los pollos que están arriba.
No hay nada más corrosivo que las heces de un pollo, dejan su piel en carne viva y con insoportables quemaduras del amoniaco que contienen sus desechos y los vapores pútridos que infectan sus ojos y también sus pulmones. El cuerpo de los pollos crece a un ritmo tan rápido y no pueden moverse para ejercitar, tampoco pueden soportar su propio peso ni ponerse de pie, así que, muchos de ellos mueren sin poder alcanzar su propia comida o su agua, por eso en la mayoría de los casos los criadores se aseguran que el espacio sea tan reducido como para que sigan comiendo aun si que puedan sostenerse de pie.
Por eso en los videos de granjas de pollos de producción masiva se observa que los pollos están echados, una de las razones por las que los pollos tienen tantas bacterias y necesitan lavarlos con cloro para poder hacerlos comestibles. Lamentablemente, el poder económico de la industria cárnica es tan grande que han logrado cabildear para que el pollo rellenado pueda exportarse legalmente etiquetados como “100% natural”, sin que agreguen advertencias de “contenido de alto en sodio”, aunque el sodio es de lo que menos deberíamos preocuparnos de todos los elementos tóxicos que contiene el pollo.
