Son emprendedores y talentosos, pero sobre todo inclusivos, los diseñadores de ropa de la comunidad LGBT apuestan por crear ropa unisex, es decir, consideran que la moda no se define por el género, sino por la comodidad y el placer de vestirla.
En la Llajta y el país cada vez son más las personas LGBT que van ocupando espacios dentro el mundo de la moda, con diseños híbridos y andróginos que van dirigidos a quienes gustan vestirse bien sin importar su sexo. “La ropa ya no es específica para hombre o mujer todos podemos usar lo que nos guste y quede bien, la ropa ahora tiene que ser unisex” indicaron.
Alejandra Fuentes Martínez, es una diseñadora y creadora de la marca “Bogay” y “Mi negrito de colores”. Ha optado por crear accesorios que identifican a la comunidad, señaló que su inquietud nació porque cuando tenían algún evento no había nada que los distinga- por lo que debían improvisar- en respuesta a ello, es que diseñó poleras, cinturones, pañoletas y todo tipo de accesorios, que no solo están dirigidos para ocasiones especiales sino para el cotidiano vestir.
Una de las características de sus diseños son los colores del arcoíris, pues el rojo, amarillo, violeta, verde y azul identifican a la comunidad; si bien, no son muy llamativos son un símbolo de aceptación y libertad.
DISCRIMINACIÓN
Alejandra lamentó que aún haya discriminación a quienes tiene una orientación sexual diferente, esta llega incluso a las tiendas de ropa, pues relató que muchas veces personas transgénero van a una boutique y los vendedores evitan atenderlas y simplemente les dicen que no hay lo que buscan.
“A las mujeres ‘trans’ muchas veces les ofrecen ropa de varón, lo cual limita su ser y vestir, por eso nosotros con la marca queremos llegar a ese mercado”, afirmó.
En relación a las personas que hacen pasarela señaló que muchas también son discriminadas tanto así que dejaron de presentarse para modelar por miedo a sus familiares y amigos.
“LA DOLOROSA”
Walter Casazola es creador de la línea de ropa “Casaviladisfine”, este año presentó su primera colección que lleva el nombre de “La Dolorosa”, pues es una fusión dramática, hibrida y urbana.
Todos los diseños están enfocados en las texturas de la vestimenta de la mujer de pollera. Cada prenda esta trabajada en encaje, gasa, transparencias y brillo, lo que buscó es un estilo sexi y dramático al mismo tiempo.
“Me he inspirado en la religión católica y su estética barroca que va de la mano con la cosmovisión andina (…) Me encanta la hibridación”, explicó.
Walter aseveró que sus diseños están dirigidos a todos, es decir, están por encima del género. “Es para hombre o mujer, gay o lesbiana quien quiera usar lo puede hacer. Ya estamos en un momento en el que la ropa es para quien quiera usarla, se sienta cómodo y tranquilo”, sostuvo.
Walter contó a LA VOZ que una motivación para empezar a diseñar nació en la ropa de varón que considera es “demasiado básica”, no hay variedad, entonces se visualizó con lo que le gustaría llevar y lo plasmó en sus diseños.
También se refirió a la moda y aseveró que esta no es discriminativa, pero si las personas que encasillan, estereotipan y hacen prejuicios.
MÁS QUE PLUMAS Y LENTEJUELAS
“Muchos piensan que solo somos plumas y lentejuelas, noche, alegría y marchas, pero no saben que somos emprendedores y tenemos muchas iniciativas, aportamos como todos a la economía del país”, afirmó Chantal Cuellar, mujer “trans” y activista por los Derechos Humanos.
Hace unos días se realizó una actividad en el Coliseo Evo Morales, donde expositores de la comunidad LGBT dieron a conocer sus emprendimientos gastronómicos, arte, moda y estilismo. El objetivo fue que se conozcan entre ellos para apoyarse, crecer y mejorar su economía.
Si bien, se hicieron pequeñas ferias en El Alto, la de Cochabamba fue la primera en toda Bolivia que se organiza formalmente y con apoyo del Gobierno Departamental.
“Fue la primera vez que se realiza una feria, un momento de encuentro entre nosotros, nos ayuda a ver los potenciales que tenemos y más que todo en estas fechas que es necesaria la reactivación económica”, finalizó Chantal. (Priscila Pinell)