La Paz
Lo que parecía una renuncia más en el equipo del vicepresidente Edmand Lara, terminó convirtiéndose en un escándalo que mezcla la política con lo psicológico. Jaime Solíz, quien hasta hace poco trabajaba codo a codo con la autoridad, rompió el silencio y no se guardó nada: asegura que Lara no solo es un irresponsable, sino que ha perdido el piso por completo.
Según el relato de Solíz, el ambiente en la oficina se volvió insostenible cuando las prioridades del vicepresidente empezaron a parecerse más a un vestidor de teatro que a un despacho de Estado.
El exfuncionario reveló que Lara mandó a confeccionar trajes idénticos a los que usaba Napoleón Bonaparte y otros al estilo de Nayib Bukele. «Cuando vi que se estaba haciendo hacer el traje azul de Napoleón con la sastrería Almanza, dije: ‘mejor de aquí me salgo’, porque esto ya no tiene sentido», confesó Solíz, asegurando que el vicepresidente está más preocupado por su disfraz que por su gestión.
Pero la crítica no se quedó en la ropa. Para Solíz, el problema es de fondo. Afirma que Lara «primero habla y después piensa», lanzando declaraciones sin medir el daño que le hace al país.
Por eso, el exasesor fue tajante: lo que el vicepresidente necesita no es un sastre, sino un equipo de psiquiatras y médicos forenses que lo evalúen seriamente.
«Nadie puede decir tantas tonterías con tanta ligereza. Definitivamente, le está pateando el mate al vicepresidente y necesita ayuda psicológica urgente», dijo Solíz entre risas.
Además, contó que en repetidas veces intentó ayudarlo en privado. Antes de presentar su renuncia, le aconsejó a Lara que visitara a un especialista, pero la respuesta fue un «no» rotundo.
Ante esa negativa, Solíz cree que ya no queda otra opción que intervenir por la fuerza de la ley, ya sea mediante una orden judicial o una decisión de la Asamblea Legislativa, para que el mandatario sea sometido a un examen mental con un especialista.
Jaime Solíz afirma que Edmand Lara desconoce totalmente cuál es su rol en la vicepresidencia y que no se encuentra apto para el cargo, convirtiéndose así en una amenaza para el Estado boliviano.
