Agencias
En los últimos años, organizaciones importantes de la salud han advertido que los hábitos alimenticios de las personas están empeorando cada vez más, trayendo como consecuencias el aumento de casos de enfermedades relacionadas con el sistema digestivo como gastritis, sobrepeso, diabetes, etc. Esto se ha convertido en un problema mundial que se puede solucionar con la mejora de los alimentos que se consume diariamente.
- Salsa de tomate enlatada: Es un asesino silencioso, ya que es una fuente oculta de azúcar y puede provocar un mayor riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas e incluso caries.
- Bebidas carbonatadas: Las bebidas carbonatadas son uno de tus peores enemigos. Pueden causar estragos en todo, desde la piel hasta el estado de ánimo.
- Azúcar: El azúcar es adictivo y además de elevar los niveles de glucosa y acumular grasa, puede provocar enfermedades cardíacas. Evite el azúcar tanto como pueda para reducir el riesgo de diabetes, cáncer, obesidad, enfermedades cardíacas y más.
- Productos semiacabados con carne, como salami, jamón: Están llenos de nitratos, sodio y conservantes. Todas estas sustancias pueden aumentar el riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes e incluso problemas de conducta y dificultades de aprendizaje en los niños.
- Margarina: Una vez más, el marketing es el culpable de la margarina. Eso no es saludable. ¡Así que basta! La margarina es como una versión realmente mala de la mantequilla, está hecha con aceites vegetales hidrogenados y es más antinatural de lo que piensas. Es pura química. Son grasas que pueden dañar el corazón, los vasos sanguíneos y aumentar los niveles de colesterol.
- Hot Dogs: Los hot dogs y las carnes ahumadas y saladas contienen muchos conservantes que son perjudiciales para la salud. Se ha comparado que el efecto de comer Hot Dogs es el mismo que el de fumar. Si aún no estás convencido, debes saber que los Hot Dogs tienen altos niveles de sodio y toxinas que aumentan el riesgo de cáncer.
- Papas Fritas: Todos los alimentos fritos contienen una sustancia peligrosa llamada acrilamida. Las patatas fritas no son una excepción. La acrilamida aumenta el riesgo de cáncer de colon, cáncer de mama, cáncer de próstata y cáncer de recto.
- Edulcorantes artificiales: No, estos no son mejores que el azúcar. De hecho, suelen ser peores. Los edulcorantes artificiales pueden contener menos calorías, pero pueden aumentar el riesgo de diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardíacas y síndrome metabólico. Quizás no lo hayas notado, pero muchas carnes sin azúcar contienen aspartamo, considerado la sustancia más peligrosa del mundo.
- Alcohol: El alcohol no tiene ningún beneficio para la salud. Tiene un alto contenido calórico, puede provocar deshidratación, daño hepático, aumento de peso, depresión y problemas de la piel. Entonces, si desea dañar todos sus sistemas, desde su cerebro hasta su hígado y su piel, crea en el marketing y beba alcohol todos los días.
- Pan blanco, harina refinada: A la harina blanca se le despoja de toda fibra nutricional, minerales y vitaminas, y lo único que se obtiene son residuos de trigo mezclados con productos químicos que sirven para lograr ese bonito color blanco. Esto luego aumenta el riesgo de aumento de peso, daño a la tiroides y daño a los órganos.
- Leche: Sí, la leche es el primer alimento que bebemos cuando venimos a este mundo. Pero la leche materna es muy diferente a la leche de vaca. Además, en la edad adulta desarrollamos intolerancia a la lactosa. Los productos lácteos están relacionados con una mala absorción de nutrientes, migrañas, artritis, cáncer, alergias y asma.
- Comida rápida: Claro, la comida rápida sabe bien, es bastante barata y está en todas partes. ¿Pero qué hace que sepa tan bien? Es lo mismo que te está matando lentamente: las grasas trans, el azúcar, la sal, los conservantes, los aditivos, los colorantes y otros químicos que realzan el aspecto y el sabor de este alimento. La comida rápida puede aumentar el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, trastornos del estado de ánimo, aumento de peso, trastornos metabólicos, etc.