Ocho alimentos neuroprotectores que potenciarán tu memoria desde los ’60’

Agencias
Mantener una alimentación adecuada es clave para el cerebro, ya que los alimentos son el “combustible” que necesita para funcionar correctamente. Una dieta adecuada puede contribuir a la protección frente a problemas de salud, mejorar la función cerebral y favorecer un envejecimiento saludable.
La doctora Liliana Papalia, especialista en nutrición y obesidad, sostiene que con el envejecimiento, las funciones cognitivas pueden verse afectadas por cambios neuronales, “aunque una dieta equilibrada, junto con estímulos intelectuales y vínculos sociales saludables, pueden fortalecer la memoria, la atención y el aprendizaje. Por ello, promover entornos que faciliten una nutrición adecuada y un desarrollo integral es una estrategia clave para asegurar una adultez con plenitud cognitiva”.
Una dieta variada, rica en frutas, verduras y compuestos antioxidantes naturales, en combinación con otros hábitos saludables, puede contribuir a proteger la función cerebral a lo largo de la vida, señaló la doctora.
Sin embargo, el desarrollo y la salud del cerebro dependen profundamente de la calidad de la nutrición desde las etapas más tempranas de la vida. “Un déficit en el período fetal y neonatal puede impactar la estructura cerebral y dejar secuelas que condicionan las funciones cognitivas futuras”, advirtió la experta.
Además, la alimentación no actúa sola, afirmó. “El contexto socioeconómico y cultural en el que una persona crece y envejece es igualmente determinante: el acceso a alimentos de calidad, educación nutricional, servicios de salud, y un entorno emocionalmente estable influyen directamente sobre el bienestar neurológico”, declaró.
Comer la cantidad adecuada es importante, pero también es importante asegurarse de obtener todos los nutrientes que se necesitan, afirmó el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA en inglés). “Los adultos mayores a menudo requieren menos calorías, pero más nutrientes, por lo que es importante consumir alimentos ricos en nutrientes. Para incluir alimentos nutritivos en todos los grupos de alimentos, quizás deba hacer algunos cambios en sus elecciones de alimentos y bebidas”, señaló.
ENEMIGOS DEL CEREBRO
Mayo Clinic indica en su portal que aún queda mucho por aprender sobre lo que constituye una dieta saludable para el cerebro. “Los estudios indican que lo bueno para el corazón también puede resultar beneficioso para el cerebro. Por lo tanto, lo mejor para tener una buena memoria es abstenerse de grasas poco saludables y diversificar los alimentos de origen vegetal”.
La doctora Papalia explicó por qué seguir un patrón alimentario que incorpore alimentos ultraprocesados es nocivo para el cerebro: “Incluso en cantidades moderadas, junto con un exceso de azúcar refinada, harinas blancas, grasas saturadas y sodio, puede inducir un estado de inflamación sistémica y estrés oxidativo. Estos procesos impactan negativamente sobre la salud vascular cerebral y favorecen el deterioro neurocognitivo”.
ALIMENTOS A EVITAR:

  • Grasas trans y alcohol: el consumo excesivo deteriora la función neuronal.
  • Ingesta insuficiente de glucosa: Puede generar hipoglucemia, especialmente perjudicial para el área frontal de la corteza cerebral, vinculada con funciones ejecutivas como el razonamiento, la memoria de trabajo y el juicio. Las hipoglucemias bruscas por dietas mal diseñadas pueden generar daño cognitivo duradero, incluso luego de corregir los niveles de glucosa.
  • Dieta pobre en frutas y vegetales: conduce a déficits de micronutrientes esenciales, como vitaminas C, E, B y minerales como zinc y selenio. En pacientes adultos mayores con obesidad y resistencia a la insulina, el mal control glucémico se ha correlacionado con menor velocidad de procesamiento, apatía, ansiedad e irritabilidad.
    ALIADOS DEL CEREBRO:
  • Frutos rojos, cítricos, vegetales de hoja verde.
  • Pescados grasos (salmón, sardinas).
  • Palta, semillas y aceite de oliva virgen.
  • Huevos.
  • Legumbres, cereales integrales y levadura nutricional.
  • Frutos secos.
  • Chocolate amargo.
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