Restaurantes ponen alto al consumo gratuito de Tiktokres

Algo inusual sucede en la ciudad de Cochabamba, donde algunos restaurantes comenzaron a poner límites al ingreso de tiktokers. La decisión surge porque algunos estarían intentando obtener consumo gratuito sin costo a cambio de grabar videos “promocionales al lugar que visitan”, algo que hoy en día cualquiera puede hacer sin necesidad de acuerdos reales.

La idea de algunos locales es que con esta iniciativa se busca evitar los abusos y mantener un trato equilibrado con todos los clientes y familias que merecen respeto.

Explota las redes con comentarios que apoyan a dicha restricción, donde algunos opinan que: “Ya se debe restringir ciertos temas, en redes sociales como en China; solo en Bolivia hasta los tiktokers reciben premios del Estado, participan en eventos que no les compete y hasta se atreven a postular a cargos públicos, realmente una verdadera pena y vergüenza”. “Buenísimo, no pueden seguir filmando a la gente sin permiso; además, se debería exigir que tengan algún curso que certifique su calificación para emitir cualquier opinión con más criterio y no hacer quedar mal a todo un país”. “Me pregunto si en Bolivia hay muertos de hambre que quieran comer gratis en un restaurante, me disculpan… pero a la gente más humilde le gusta pagar su comida y no andan pidiendo favores; estos supuestos tiktokers o qué macana sean, se pasan de hambreados y eso que presumen que ganan bien, etc. Como se dice, se rayan solos»

Entre la mayoría de los comentarios, todos apoyan la iniciativa, afirmando que sí realmente hay gente que necesita y deberían ser más empáticos con las personas.

Sí, es frecuente que algunos tiktokers y creadores de contenido soliciten comida gratis en restaurantes a cambio de publicidad, una práctica que ha generado controversia y críticas por parte de los propietarios de negocios y el público. A menudo, estos influencers intentan negociar una «colaboración» donde cenan o comen sin coste a cambio de publicar sobre el lugar en sus redes sociales, aunque no todos los negocios aceptan estas condiciones y algunos han respondido de manera contundente con una negativa pese a las amenazas de hablar mal del restaurante por el rechazo.

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