Alan Huamán, presidente de la Federación Boliviana de Guías de Turismo, alertó ayer en una entrevista exclusiva con el medio que el turismo vive una crisis profunda. “Solamente durante los últimos feriados, dejamos de recibir a más de 81.000 turistas en el trópico de Cochabamba”, denunció, señalando que las pérdidas económicas directas superan los 3.7 millones de bolivianos por día.
La crisis del turismo no se reduce a la ausencia de visitantes. Como bien explicó Huamán, se trata de una industria que involucra a múltiples sectores, desde productores agrícolas y comerciantes locales, hasta hoteles, operadores turísticos, transportistas y guías especializados. “Estamos hablando de un ecosistema completo que se ha visto interrumpido por la inestabilidad del país”, recalcó.
En la ciudad de Cochabamba, muchos hoteles en zonas periféricas como Villa Tunari han cerrado sus puertas, incapaces de sostenerse tras años de bajas constantes. A eso se suma el cierre de restaurantes y negocios gastronómicos, imposibilitados de adquirir insumos o de mantener sus planillas por los bloqueos.
